La suerte nos puede sonreír o dar la espalda. Es algo que deseamos tener y solemos buscar, esperar o tentar. Entre sus alias y avatares están los de “ciego azar”, “diosa fortuna” e inexorable destino.
Los resultados electorales de los últimos tiempos está planteando entre los politólogos una cuestión: ¿Es el sufragio el mejor sistema para elegir a los gobernantes? ¿Y si los eligiéramos al azar?