Los humanos hemos domesticado plantas (agricultura) y animales (ganadería). Pero también a los microorganismos (levaduras y bacterias) aprovechando su capacidad de fermentación alcohólica para fabricar cerveza o vino.
Cada año, más de 1,5 millones de personas mueren por infecciones de hongos, una tasa a la que contribuye la resistencia a los fármacos desarrollada por estos microorganismos.