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Retrato antiguo de un hombre con traje y pajarita. Al lado un papel dice "Fue matado en el año 36 cuando la guerra".
Retrato de Antoni Beniages. Sergi Bernal, CC BY-SA

Antoni Benaiges, el maestro republicano que desde la Meseta prometió el mar

La historia de la educación está poblada de incontables maestros anónimos que con su buen hacer, concienzudo y comprometido, dejaron honda huella en sus alumnos, tanto en lo académico como en lo personal.

De este anonimato ha surgido recientemente el profesor Antoni Benaiges. Su figura comenzó a ser estudiada hace apenas doce años, cuando, a raíz de los trabajos de exhumación de la fosa común de la Pedraja (Burgos), un antiguo alumno pronunció su nombre por primera vez desde su fusilamiento.

Fotografía de una fosa común con huesos marcados con señales y con un trabajador que sigue excavando.
La fosa de la Pedraja (Burgos). Sergi Bernal, CC BY-SA

¿Quién fue Benaiges?

Antoni Benaiges Nogués nació en Mont-roig del Camp (Tarragona) el 26 de junio de 1903, y murió asesinado en Briviesca (Burgos) el 19 de julio de 1936.

Era un maestro “freinetista”, es decir, seguidor del pedagogo francés Célestin Freinet. Las premisas de Freinet partían de un desarrollo natural del niño, en el que se potenciaba un descubrimiento guiado continuado a través de la expresión libre, el intercambio y el debate de ideas. Uno de sus pilares didácticos era el uso de la imprenta en el aula, a través de la cual los estudiantes creaban e imprimían sus propios textos.

Benaiges provenía de una familia campesina. Sus inicios en la enseñanza fueron tardíos, ya que tras la muerte de su padre se vio obligado a ayudar a su hermano en las tierras familiares. Pese a esto, como varios familiares cercanos suyos pertenecían al cuerpo de maestros decidió estudiar Magisterio.

El primer curso de formación lo finalizó en 1925, en Ávila, localidad donde ejercía una tía suya. Tras este primer año, los dos cursos siguientes continuó con su formación en Barcelona, más cerca de su pueblo natal.

Tras presentarse a las oposiciones nacionales en 1931, la experiencia docente de Benaiges transcurrió como interino en varias escuelas de Madrid. Sin embargo fueron dos los destinos que más le marcaron tanto en su desempeño profesional como en su desarrollo personal.

El primero de ellos fue la Escuela Graduada de Niños de Vilanova i la Geltrú (Barcelona). Allí ejerció como interino en 1932 y conoció a Patricio Redondo, uno de los impulsores de las técnicas de Freinet en Cataluña, de quién aprendió el método.

El segundo lugar fue Bañuelos de Bureba, en la provincia de Burgos, donde fue destinado tras superar las oposiciones en junio de 1934.

Bañuelos de Bureba

Fue en esa modesta escuela rural burgalesa donde Benaiges decidió aplicar las técnicas de Freinet con su alumnado. Para ello se aventuró a comprar una prensa con su propio dinero.

De esta forma, en enero de 1935, los alumnos comenzaron a imprimir sus propios textos infantiles. Una vez finalizado el curso escolar, en junio de 1935, ya eran tres los números publicados de la revista trimestral Gestos. Estos cuadernillos eran enviados a otras escuelas de España y, gracias a las redes de comunicación nacional e internacional de los maestros freinetistas, a Bañuelos de Bureba llegaban cuadernillos de otros lugares. Así, mediante una lectura voluntaria, los niños de la escuela adquirían conciencia de las formas de vida y de trabajo de otros lugares de su país.

El siguiente curso escolar (1935-1936), dado el éxito que tuvo la puesta en práctica de la técnica Freinet el curso anterior, el maestro decidió comprar otra imprenta con tipos más grandes, adecuada para el uso de los niños más pequeños (5-8 años).

Así pues, además de Gestos, se inició una nueva revista, Recreo, de la que se publicaron únicamente tres números. Además de Gestos y Recreo, se publicaron cuatro cuadernillos especiales en 1936: El mar, El retratista, Sueños y Folclore burgalés.

El maestro Benaiges no solo se implicó en su aula, sino que se involucró en la vida social de la localidad: creó una Academia para jóvenes, donde se debatían temas de actualidad al caer la noche, hacía uso del gramófono de la escuela, organizaba bailes. Asimismo, también estableció una estrecha relación con el vecino pueblo de Briviesca, donde formó un grupo escolar por iniciativa de Juan Abascal, alcalde de la localidad briviescana en ese momento.

Por otra parte, Benaiges escribió periódicamente en varias revistas. Algunas de ellas de índole generalista, como La voz de la Bureba (revista de Briviesca), y otras especializadas en educación, como Escuelas de España o la revista freinetista Colaboración.

Dos hombres sentados en el suelo rodeados de material de escuela mientras la fotografía antigua de unos niños en un colegio se proyecta en la pared del fondo.
Imagen de la obra de teatro El mar. Visión de unos niños que no lo han visto nunca, de Xavier Bobés y Alberto Conejero. Teatro de la Abadía

El maestro que prometió el mar

A Benaiges se le conoce también como “el maestro que prometió el mar a los niños y niñas de la escuela de Bañuelos de Bureba”, porque había acordado con ellos que les llevaría a ver el océano por primera vez.

Pero en julio de 1936, tras el alzamiento militar contra el Gobierno de la Segunda República, Antoni Beniages fue fusilado en Briviesca y supuestamente enterrado en la fosa común de la Pedraja. Benaiges pasó así a ser el primer maestro freinetista fusilado en España.

Afortunadamente, a día de hoy, gracias a la Asociación Escuela Benaiges y otras muchas iniciativas particulares y colectivas, la figura de este maestro está siendo reconocida, valorada y difundida.

Sin embargo, como ciudadanos no debemos bajar la guardia y, más allá del individuo, debemos empaparnos de lo que él y otros tantos maestros depurados durante la guerra y la posguerra representan: la necesidad de educar en un pensamiento crítico, de conocer y valorar nuestro pasado (con sus luces y sus sombras), y de conformar y alentar una ciudadanía socialmente comprometida que nos permita construir una sociedad tolerante y proactiva, que aprende de su pasado para construir un futuro mejor.


Paula Soledad Quecedo del Val, graduada en Maestro de Educación de Burgos por la Universidad de Burgos y nieta de una alumna del profesor Antoni Benaiges, ha colaborado en la redacción de este artículo, basado en su Trabajo de Fin de Grado.


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