El proyecto busca facilitar la investigación y mostrar brechas que deben ser abordadas para promocionar un estilo de vida activo y saludable en niños y jóvenes a nivel global.
En un contexto en el que debemos aprender a convivir con las novedades tecnológicas, ¿por qué no aprovecharlas para aumentar la actividad física de los más pequeños? La propuesta es dejar atrás la concepción de los juegos interactivos como algo pasivo.
El estrés oxidativo se da cuando en nuestro cuerpo se producen compuestos nocivos. Para controlar este proceso, que interviene en el envejecimiento, es importante mantener un estilo de vida sano.
Con la que está cayendo, es natural que la covid-19 y sus consecuencias estén en boca de todos. Sin embargo, hoy más que nunca, nos viene bien recordar que la inactividad física y el sedentarismo llevan mucho tiempo haciendo de las suyas. Con dimensiones de pandemia.
Begoña Sanz Echevarría, Universidad del País Vasco / Euskal Herriko Unibertsitatea and Ander Espin Elorza, Universidad del País Vasco / Euskal Herriko Unibertsitatea
Las personas mayores son más vulnerables a la COVID-19. La inmunosenescencia natural asociada a la edad es inevitable, como el ‘inflamm-aging’. Pero el sedentarismo y la falta de actividad física sí se pueden subsanar.
Cierres de parques, polideportivos, reducción de la práctica de deportes en el colegio… Los efectos de la falta de ejercicio en los niños desde que comenzara la pandemia han sido evidentes (psicológicos y físicos). Los expertos nos dan las claves para acabar con el sedentarismo de los menores.
Hace tiempo que se conocen los beneficios que la actividad física tiene para nuestra salud. También existen estudios que confirman la reversibilidad de estos en ausencia de la misma, pero son incompletos.
El objetivo de la red Brainactivity, en la que colaboran cinco universidades españolas, es conocer la forma en la que el cerebro funciona cuando el ejercicio físico afecta positivamente a nuestra salud.
La tecnología ha revolucionado nuestra forma de vivir. Tenemos una calidad de vida inédita, a pesar de las desigualdades. Pero tiene un precio: nuestro estilo de vida es más sedentario y menos sano.
La pandemia de covid-19 hace que el ejercicio físico sea más importante que nunca. Aunque teletrabajemos o no podamos salir de casa, es bueno tener presentes estos consejos.
La población infantil no escapa del exceso de pantallas de estos últimos años. El mal uso de los móviles en los niños puede acarrear problemas en su bienestar físico, cognitivo y emocional.
Que el confinamiento ha evitado que muchas personas mayores se infecten de COVID-19 es innegable. Pero también es cierto que la inactividad durante el encierro les ha salido cara en cuanto a salud.
La inactividad física y el sedentarismo causan millones de muertes al año. La solución es realizar ejercicio, pero las zonas con menor nivel socioeconómico no lo tienen tan fácil como otras.
Profesora Agregada en el Departamento de Fisiología. Investigadora del grupo @AgeingOn. Miembro del grupo "Enfermería Clínica y Salud Comunitaria" de Instituto de Investigación Sanitaria Biocruces Bizkaia., Universidad del País Vasco / Euskal Herriko Unibertsitatea
Profesora Permanente Laboral e investigadora en epidemiología de la actividad física y la salud. Miembro del grupo de investigación Epidemiology of Physical Activity Across Lifespan (EPAFit) y coordinadora del proyecto SUNRISE en España., Universidad de Sevilla
Investigador senior en epidemiología de la actividad física, el fitness y la salud. Responsable del estudio Internacional SUNRISE en España, Universidad de Sevilla