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Twitter acoge al club de los poetas gamberros

Los titulares tienen un valor informativo pero también sorprendente, más incluso en la era del clickbait (una suerte de cebo para captar la atención de los usuarios y animarlos a hacer clic en ellos). Hay algo magnético en ellos, y parte de la comunidad digital lleva unos años creando poemas usando esos titulares. Lo hacen buscando el humor, siendo irreverentes e ingeniosos, y provocando sorpresa. Y lo hacen a partir del célebre verso infantil anglosajón “Roses are red”.

Este es un adelanto de un estudio, que se publicará en 2019, a raíz de un extenso corpus, en inglés y español, con el que nos acercamos a esta microescritura. Los nuevos espacios de comunicación dan lugar a nuevos fenómenos creativos. La comunidad se divierte con estas acciones que influirán en la escritura mainstream. Los estudios literarios deben estar atentos a esta fenomenología y estudiarla con la seriedad que merece.

Un fenómeno no solo en inglés

Más allá de la historia del poema que se utiliza como punto de partida, que los filólogos ingleses describen como deformación de unos versos de The Faerie Queene, el fenómeno de uso en internet se popularizó muy temprano, con una aceleración mucho más marcada a partir de 2012 en inglés (en paralelo a la popularidad de un hilo en Reddit). En realidad, los micropoemas humorísticos cambiando los versos finales de “Roses are red” son una tradición de patio de colegio anglófono, por lo que el paso a internet era inevitable.

En español se partió de su traducción literal, “Las rosas son rojas”, y el auge se dio en 2014, con una gran aceleración en 2016. Con independencia de la lengua, el fenómeno es el mismo: unir ese verso y escribir otro que sirva como bisagra con el titular. Por supuesto, rimando, aunque es diferente en español y en inglés: rima asonante o consonante en español, frente a pies acentuales en lengua inglesa. Se mantiene, así, la tradición métrica de cada cultura.

Estos micropoemas persiguen el ingenio tanto como la chanza y la sorpresa en el lector. Esto es habitual en los microgéneros y se potencia todavía más en la tuiteratura, pues conduce a la viralización del mensaje y contribuye a la popularidad del emisor. Las redes sociales son el caldo de cultivo ideal para este fenómeno.

Cuanto más chocante, mejor

El efecto sorpresa es algo que persiguen siempre los usuarios que crean este tipo de escrituras amateur. Su viralidad queda probada cuando vemos que páginas web como Buzzfeed han dedicado compilaciones a estos microtextos. Pero donde “viven” es en la red social y nosotros hemos estudiado el fenómeno en Twitter.

Observamos una constante: cuanto más curiosa, extraña, anómala o inverosímil sea la noticia, mejor. De este modo, el usuario funciona como un remezclador (o, como diría Bourriaud, un semionauta). Para ello, toma dos textos que ya existen y los combina para darles un nuevo significado. Esto es un acto de escritura no-creativa mediado por el verso-bisagra. Y esta bisagra es donde se desarrolla una creación tradicional para la rima.

Así pues, los titulares sobre hechos estrambóticos resultan favorecidos. Se consiguen no solo la viralidad por el potencial de la rima, sino porque el propio hecho noticiado es peculiar. Por ejemplo, que alguien regale iPhones a su perro.

De Twitter (@migueljimemola)

Por supuesto, la escatología, lo sexual y todo aquello que se pueda vincular al humor negro tiene gran rendimiento en estas prácticas. Es decir, se escriben muchos micropoemas con temas tabúes y también tienen gran difusión. Sirva de muestra el siguiente ejemplo:

El humor negro también tiene su hueco. Twitter

Este tipo de creaciones también dice algo de nosotros y de los prejuicios que operan en nuestra sociedad. Lo que nos resulta sorprendente, gracioso o extraño y que contribuye a que se viralice un micropoema como este es un espejo. Y, como tal, dice mucho de nuestras filias y fobias.

Subyace una pulsión neobarroca

Esta búsqueda de la rima y del humor es un proceso de ingenio neobarroco de la sociedad digital. La obsesión por tener chispa, más allá de los prejuicios que tengamos sobre la red, es pulsión neobarroca. El salto a la brevedad extrema de Twitter supone un cambio en las reglas de juego, pero estas se moldean astutamente por esos creadores ingeniosos que logran sacar punta a la prensa. Y esto es una de las ejecuciones plurales de cultura de las que hablaba Calabrese. El neobarroco, tal y como lo entendemos hoy, es el resultado propio e inherente de las innovaciones y transformaciones socioculturales mediadas por las tecnologías digitales y su propia tecnoestética.

La estructura poética del fenómeno cifra el mensaje real que subyace en el texto. Este es un rasgo neobarroco que conlleva la explotación del ingenio creativo en un esquema de relaciones complejas no necesariamente transparentes para el lector. Hay una simpleza y frivolidad aparentes, pero se establecen nuevas relaciones entre textos en las que el segundo verso funciona como bisagra para permitir el sample.

Los comentarios jocosos y las bromas en torno al poema “Roses are red” no son algo nuevo. Sin embargo, estas modificaciones poéticas generan un fenómeno que ha sido específico de la comunidad digital. Introducir un poema con “Roses are red” nos hace esperar ya algún tipo de titular que, a buen seguro, será peculiar o sorprendente. Y lo hará con una ritma graciosa. De hecho, cuando el segundo verso resulta ingenioso en relación con el titular, el texto es mucho mejor recibido por la comunidad y se celebra su capacidad humorística, tanto o más que lo chocante del suceso.

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