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Obra pictórica con signos de biodeterioro. Fátima Aguilera Padilla y Elena Montejo Palacios, Author provided

Cómo mantener a raya a los hongos que se comen las obras de arte

Los hongos, del latín fungus, son organismos eucariotas que poseen características del reino vegetal (por ejemplo, se reproducen a través de esporas) y del reino animal (son heterótrofos, por lo que no sintetizan su propio alimento). Como no pueden pertenecer a dos reinos a la vez, se creó un club exclusivo para ellos: el reino Fungi.

Estos seres vivos colonizaron la Tierra en el Ordovícico, hace ya unos 470 millones de años, mucho antes de que apareciésemos los seres humanos, y cumplen diferentes tipos de misiones.

El reino de los hongos es tan extraordinariamente diverso como desconocido. Actualmente han sido descritos unos 74 000 taxones a nivel mundial. Se estima que, con la ayuda de la aplicación de técnicas de análisis molecular y taxonomía numérica, esa cifra aumente hasta el millón y medio.

Características de los hongos

Respecto a su morfología, los hongos están constituidos por estructuras filamentosas denominadas hifas que se entrelazan entre sí para formar el micelio. De este surgen las estructuras reproductoras, denominadas en ocasiones fructificaciones. Las más conocidas son las setas (hongos epigeos, que afloran a la superficie de la tierra al madurar para dispersar sus esporas) y las trufas (hongos hipogeos, que se desarrollan y maduran bajo tierra).

Sin embargo, existen muchos hongos microscópicos que no desarrollan estas estructuras visibles a simple vista. Es necesaria la ayuda de un microscopio para observarlas.

Si nos referimos al papel que desempeñan los hongos en la cadena trófica, se pueden distinguir, en términos generales, tres grandes grupos:

  • Los simbióticos. Son aquellos que establecen relaciones de mutuo beneficio con otras especies.

  • Los saprófitos. Descomponen la materia orgánica muerta.

  • Los parásitos. Atacan y causan un perjuicio a otras especies vivas animales, vegetales o incluso a otros hongos.

¿Qué relación tienen los hongos con el patrimonio cultural?

Anteriormente se han mencionado dos características muy importantes de los hongos: son organismos heterótrofos que se reproducen por esporas. Las esporas son las estructuras celulares fértiles de los hongos, que, en la mayoría de las ocasiones, son dispersadas a través del viento (figura 1).

La aerobiología es la ciencia que se encarga del estudio de la presencia y dispersión de partículas biológicas en el aire. Una de las tareas de los aerobiólogos y aerbiólogas es la identificación y cuantificación de la presencia de esporas en el aire, tanto en ambientes exteriores como en interior.

Las esporas, sólo visibles a través de un microscopio, tienen una ornamentación externa que permite identificarlas y averiguar de este modo la especie o grupo taxonómico del que proceden. Algunas de estas esporas provienen de hongos que pueden causar biodeterioro, término que hace referencia a un fenómeno complejo que implica alteraciones de las propiedades fisicoquímicas y mecánicas de los materiales inducidas por el crecimiento de organismos vivos.

Figura 1. Esporas de Cladosporium, un hongo que causa biodeterioro, observadas con el microscopio óptico. Fátima Aguilera Padilla, Author provided

Si una espora viajera aterriza sobre una superficie y las condiciones son favorables para su germinación (disponibilidad de nutrientes, condiciones óptimas de temperatura y humedad) se desarrollará un nuevo micelio que colonizará el sustrato, utilizado por el hongo como alimento y soporte. En el momento adecuado fructificará y originará esporas que serán nuevamente dispersadas. Así comienza una vez más el ciclo biológico del hongo.

El patrimonio cultural material está constituido, entre otros, por una gran diversidad de materiales orgánicos, como el papel, la madera, diferentes tipos de tejidos, piel, etc. Es decir, libros, documentos, indumentaria, cuadros y mobiliario de madera, entre otros, son susceptibles de ser atacados por los hongos, que utilizan estos sustratos como fuente de alimento si las condiciones ambientales son favorables (temperatura de 25 °C y humedad relativa del 60 %).

Durante los procesos de alimentación y crecimiento, el hongo libera enzimas y metabolitos que degradan químicamente el material sobre el que se desarrolla, al tiempo que fragmenta mecánicamente el sustrato. En consecuencia, provoca alteraciones significativas en las obras de arte, esto es, causa el biodeterioro del patrimonio cultural y artístico.

Un riesgo para museos y bibliotecas

Son numerosos los estudios realizados en el interior de archivos, bibliotecas y museos con el fin de analizar la presencia de esporas de hongos en el aire y determinar el riesgo biológico potencial que podrían sufrir las obras allí conservadas.

Figura 2. Interior del museo de la catedral de Jaén. Fátima Aguilera Padilla, Author provided

Por ejemplo, un análisis aerobiológico que hemos realizado recientemente en el interior del museo de la catedral de Jaén (figura 2) pone de manifiesto que más del 80 % de las esporas presentes en el aire pertenecen a especies de hongos que, bajo condiciones ambientales favorables, pueden causar biodeterioro sobre las obras, en su mayoría realizadas con materiales de origen orgánico.

Las esporas que con más frecuencia se detectan en estos espacios pertenecen a los géneros Cladosporium, Aspergillus/Penicillium y Alternaria, que pueden causar cambios de pigmentación (figura 3) y erosión superficial de los materiales colonizados.

Figura 3. Libro coral del siglo XVI con pigmentaciones causadas por la invasión de un hongo (museo de la catedral de Jaén). Fátima Aguilera Padilla, Author provided

Medidas para evitar el biodeterioro

Sin duda, existe una estrecha relación entre los hongos y el patrimonio cultural y artístico. Los muestreos aerobiológicos permiten identificar y cuantificar la presencia de esporas de hongos en un determinado ambiente. Estos estudios, integrados con la monitorización de las condiciones ambientales, son de gran utilidad para la toma de decisiones de las medidas de prevención más adecuadas frente al biodeterioro.

El entorno de bibliotecas, archivos y museos debe mantenerse en unas condiciones ambientales estables y dentro de los rangos correctos. En general, estos edificios cuentan con sistemas de climatización que, con un mantenimiento adecuado y regular, permiten controlar el entorno y evitar picos excesivos de temperatura y humedad que podrían provocar la superación de umbrales por encima de los cuales el biodeterioro podría suponer un riesgo real.

También es recomendable ventilar para que el aire esté en movimiento y retirar el polvo acumulado en estos espacios con asiduidad para evitar la contaminación del ambiente.

Por lo tanto, es necesario analizar con frecuencia el interior de los espacios destinados a la conservación y almacenaje de obras de arte con el fin de determinar y evitar situaciones de riesgo biológico. Esto permite conservar en óptimas condiciones nuestro patrimonio cultural y artístico.

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