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Aspecto de la Rambla de Barcelona el 27 de abril de 2024. Muratart / Shutterstock

¿Es la sobreexplotación turística un riesgo para la economía española?

El sector turístico español está viviendo un momento excepcional, consolidándose como un pilar crucial de la economía del país. Según Exceltur, la actividad turística generó en 2023 186 596 millones de euros, lo que supuso un 12,8 % del PIB español, el mayor valor registrado en la serie histórica.

El incremento real del PIB turístico respecto al año anterior fue del 13,1 %, mientras su contribución al crecimiento real de la economía española representó el 70,8 % del aumento del PIB (2,4 %). Las previsiones para 2024 son también muy optimistas, esperando superar los 200 000 millones de euros (un 8,4 % más).

En el ámbito del empleo, el sector ha recuperado vigor tras la crisis de la pandemia, superando los 2,8 millones de afiliados a la Seguridad Social en abril de 2024, un 13,3 % del total, igualando el récord de julio del año anterior.

Según el Consejo Mundial de Viajes y Turismo (WTTC), en los próximos diez años se generarán 600 000 nuevos empleos para llegar a los 3,5 millones de trabajadores, representando uno de cada seis puestos de trabajo y un 16,3 % del PIB en España. Por tanto, pese a los altos niveles actuales, se espera un crecimiento continuo y significativo del turismo.

Rentabilidad y transformación de los destinos turísticos

La rentabilidad de los destinos turísticos españoles ha mejorado notablemente en los últimos años. En 2023, casi todos los principales destinos (99 de 105 estudiados por Exceltur) superaron los ingresos de 2019, gracias a inversiones públicas y privadas que reposicionaron productos y aumentaron un 5,6 % las plazas hoteleras de 4 y 5 estrellas, mientras que las de 1, 2 y 3 estrellas disminuyeron un 3,6 %.

Han sido factores clave para este crecimiento:

  • La alta demanda turística, impulsada por el deseo de viajar, la extensión de la temporada estival, el crecimiento del segmento MICE –turismo asociado a traslados por motivos profesionales– y de viajes cortos.

  • El aumento de turistas de alto poder adquisitivo.

  • La mejora de las conexiones aéreas y ferroviarias.

Sin embargo, los directivos del sector advierten de que estos niveles de demanda no son sostenibles a largo plazo y que el éxito es relativo debido al daño reputacional del sector, ahora asociado con masificación y gentrificación, en lugar de la creación de empleo.

Desafíos de la turistificación y el sobreturismo

El crecimiento del turismo enfrenta desafíos significativos, como la turistificación, que transforma las ciudades y territorios, subordinando la vida económica y social a las actividades turísticas y generando malestar social. Este fenómeno ha ganado atención mediática por su impacto en la calidad de vida de los residentes.

La Fundéu definió en 2017 los términos turistificación y turismofobia, destacando el impacto negativo de orientar los servicios hacia los turistas en lugar de a los residentes.

Por otra parte, el término sobreturismo, que se popularizó en 2016, describe los impactos negativos excesivos del turismo, como la sobreexplotación de recursos y la disminución de la calidad de vida y de las experiencias turísticas.

Según ONU Turismo, el sobreturismo ocurre cuando el impacto del turismo en un destino influye excesivamente de forma negativa en la calidad de vida de los ciudadanos, o en la calidad de las experiencias de los visitantes, existiendo incluso una explotación excesiva de recursos y bienes comunes en un entorno turístico.

Este fenómeno no solo agota los recursos: también rompe las condiciones necesarias para que la actividad turística sea satisfactoria para todos los actores implicados.


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El equilibrio entre crecimiento y sostenibilidad

El éxito del turismo a largo plazo está intrínsecamente vinculado a su sostenibilidad, una preocupación que han abordado organismos internacionales como ONU Turismo, el Consejo Mundial del Turismo, la Alianza de Destinos Urbanos y académicos desde hace varios años.

El informe de ONU Turismo advertía que, ante el aumento de la demanda turística, “el turismo debe desarrollarse y gestionarse de forma sostenible, tanto para los visitantes como para las comunidades receptoras”.

Retos de futuro

Aunque el sector turístico muestra un liderazgo robusto y ha sido durante décadas un motor clave para la economía española, la sobreexplotación turística presenta riesgos significativos y puede incluso destruir los propios atractivos en los que se fundamenta.

Es esencial gestionar la actividad con criterios de sostenibilidad para aminorar así los impactos negativos en las comunidades receptoras y mantener la calidad de las experiencias turísticas.

La clave para el futuro del turismo en España reside en encontrar un equilibrio que permita disfrutar de los beneficios económicos sin sacrificar la calidad de vida de los residentes y la sostenibilidad del entorno.

Las claves de la sostenibilidad del turismo

De alguna manera, todos somos o aspiramos a ser turistas. La clave está en ser siempre ciudadanos responsables, ya sea en nuestro lugar de residencia o cuando nos desplazamos.

Se deben establecer límites para no sobrepasar la capacidad del entorno y las comunidades, impulsar una gobernanza participativa del turismo, implicando a la población local en su gestión, y dejar de pensar al turista como el otro.

Que el turismo sea bueno o malo para un lugar dependerá de cómo se gestione y de cómo los actores implicados (públicos, privados, turistas y residentes) consensúen e intervengan para lograr destinos y lugares más sostenibles para todos.

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