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Fotografía de una mano sujetando un teléfono móvil mientras graba algo que sucede fuera de plano.

Narración digital en vídeo: ¿cómo podemos sacar partido a esta técnica para aprender y enseñar?

Ya lo decían los Celtas Cortos: “Cuéntame un cuento y verás qué contento”. El ancestral interés humano por contar y escuchar historias se ha convertido en una poderosa y popular herramienta de marketing (con el anglicismo moderno de storytelling) en el ámbito empresarial, debido a su capacidad para captar la atención del público.

Seguro que todos recordamos alguna campaña publicitaria que cuenta la historia de unas vacaciones en familia, un viaje en un destino paradisiaco o la aventura vivida con un determinado juguete.

Pero narrar historias no sirve solamente para fines comerciales, sino que también puede convertirse en una técnica transformadora en otros ámbitos. En el ámbito de la enseñanza–aprendizaje, numerosos estudios han demostrado su eficacia porque, al igual que ocurre con otras metodologías como la gamificación, permite trabajar de forma divertida, atractiva y contextualizada.

Cuentacuentos en el aula

Contar historias supone transformar los contenidos o ideas a transmitir en una narración –con un planteamiento, nudo y desenlace– en la que se pueden incorporar ideas, creencias o experiencias personales que evocarán emociones y sentimientos al público al que se cuentan.

Se trata de ir más allá de la presentación de PowerPoint tradicional, en la que aportamos información en diapositivas, y tratar de llevar a nuestro terreno personal lo que tenemos que contar, sea a compañeros de clase u otro tipo de audiencia.

Esta técnica se puede aplicar en distintos niveles educativos, incluso en educación superior. Se le puede pedir a los estudiantes o también la pueden poner en práctica los propios docentes. También se puede usar para transmitir ideas o propuestas en el entorno laboral o en charlas o ponencias.

Narración en contabilidad

Imaginemos que somos profesores en una clase de inglés para fines específicos y queremos trabajar la adquisición de terminología relacionada con el ámbito de la contabilidad forense, que evalúa la información económica de una empresa o institución para detectar irregularidades o conductas delictivas.

Para ello, podríamos repartir textos con el uso de esa terminología en textos reales, mostrar vídeos en los que se use ese vocabulario o incluso enseñar recortes de periódico en los que los estudiantes puedan ver cómo se emplea dicha terminología por profesionales del ámbito en medios de comunicación especializados.

En nuestras clases de inglés para fines específicos hemos podido comprobar que esta técnica de narración digital en vídeo ayuda a los alumnos a aplicar el vocabulario específico de la asignatura en contextos que van más allá del aula.

Al tener que crear una historia, enmarcada dentro de una temática como puede ser la financiera en la que emplean la terminología que se ha enseñado en el aula, deben trabajar sobre un guion y desarrollar su creatividad para demostrar que han entendido los conceptos.

Esta técnica, además, nos ha permitido comprobar que los alumnos, con el tiempo, recuerdan con mayor facilidad los contenidos y el vocabulario.

Una película de detectives

Un ejemplo de ello podría ser que los alumnos se convirtieran en investigadores que analizan las cuentas de una empresa para saber si se ha cometido algún delito de fraude. Para ello, pueden tomar como inspiración alguna serie o película que les guste y disfrazarse como sus personajes. Para los diálogos, incluirán la terminología que deban trabajar en la asignatura, pero creando una historia que les motive y que capte la atención del resto de sus compañeros.

Se trata de que los alumnos piensen en cómo incluir dicha terminología en una historia inventada y narrada. Este vídeo les ayudará a saber más acerca de un determinado tema y a entender seguramente qué significan términos complejos como “crimen corporativo” o “desfalco”, puesto que se han incluido en un contexto que ha captado su atención.

No solo retener información

Aparte de favorecer la retención del a información por estar presentada de una manera atractiva, la narración de historias fomenta:

  1. El desarrollo de técnicas de investigación para acceder a diferentes recursos. Tendremos que seleccionar los recursos que nos permitan obtener información específica del ámbito sobre el que tenemos que trabajar.

  2. La mejora de las habilidades comunicativas, al necesitar expresar diferentes ideas con nuestras propias palabras y no seguir el discurso pautado de una presentación tradicional.

  3. El aumento de la motivación. Nuestras historias serán únicas, incluirán intereses personales y nuestras propias motivaciones.

El cuentacuentos digital: herramientas

Las numerosas herramientas virtuales con las que contamos hoy en día para la creación de animaciones, edición de vídeos, subtítulos, música, etc. han permitido que el cuentacuentos o la narración evolucione a su versión digital.

En estos vídeos, podemos ser protagonistas nosotros mismos o desarrollar animaciones.

A continuación, incluimos algunas de las más populares o las que creemos que ayudarán a contar las mejores historias:

Canva: nos ayuda a crear vídeos a partir de plantillas y a montar historias gracias a la multitud de imágenes, sonidos, texto y elementos gráficos que se incluyen.

OBS Studio: una herramienta de código abierto y gratuita para grabar y transmitir en vivo contenido multimedia, con muchas opciones de personalización.

CapCut: ofrece también una amplia gama de herramientas y funciones de edición (efectos de sonido, adición de música, efectos visuales y aplicación de filtros, entre otros). Su interfaz de usuario intuitiva y su capacidad de exportar vídeos de alta calidad la convierten en una herramienta perfecta para contar historias.

Flexclip: una de las más fáciles y versátiles. Permite a cualquier usuario, independientemente de su nivel de habilidad, editar vídeo por internet. Ofrece, además, una amplia gama de plantillas y recursos que nos ayudarán a crear vídeos de alta calidad en muy poco tiempo y con poco esfuerzo.

Convertirnos en cuentacuentos nos permitirá aplicar lo aprendido y crear excelentes historias de las que se sentirnos orgullosos.

Colorín colorado, este cuento se ha acabado.

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