Los Estados siempre van a buscar incentivar la creación y la innovación. Para ellos es de vital importancia crear elementos novedosos que supongan un despunte en términos de poder.
La inteligencia humana alcanza su capacidad creativa e innovadora cuando combina, selecciona y contrapone ideas, conceptos y palabras como no se ha hecho nunca antes. Algo que la artificial no puede hacer.
La innovación social es una herramienta para que las empresas replanteen sus modelos de negocio y vayan más allá de la generación de beneficios, innovando para mejorar la sociedad.
En un reciente estudio, la autora propone la creación de un equipo dedicado a reducir el número de consumidores vulnerables. Una estrategia para evitar el ‘social washing’.