¿Por qué buscamos chivos expiatorios cuando no encontramos explicaciones científicas ante determinados acontecimientos? Lo llevamos haciendo desde la Antigüedad.
Desde Granada se estudian los prometedores efectos de la tetrodotoxina, un veneno producido por el pez globo, para eliminar el dolor causado por el cáncer y los tratamientos que lo combaten.
Un nuevo descubrimiento impulsa las investigaciones para aprovechar el poderoso potencial farmacológico de los venenos animales en los tratamientos contra el cáncer.
Los venenos matan de un montón de formas diferentes. El de la serpiente de cascabel, por ejemplo, impide la coagulación de la sangre y causa hemorragias internas. Y el famoso cianuro conduce a fallo multiorgánico. Pero también los hay que, en dosis adecuadas, curan enfermedades.
Clasificados como armas de destrucción masiva, los gases venenosos afectan al organismo y aterrorizan a civiles y soldados. ¿Cuáles son sus efectos? ¿Podemos protegernos de ellos?
Nuevas evidencias sugieren que nuestros antepasados ejercieron una presión selectiva que moduló la toxicidad del veneno y su utilización como estrategia defensiva en las cobras escupidoras.
Ante la sobreestimulación, la mayoría de nuestras células dejan de responder, o mejor dicho, se desensibilizan. Salvo que pulsemos el botón “supr”. Algunos venenos, como el novichok utilizado contra el opositor ruso Aleksey Navalny, usan esta vía para acabar con la vida.
Profesor de Investigación del CSIC. Venómica Evolutiva y Traslacional: caracterización proteómica de venenos de serpientes y su neutralización por antivenenos., Instituto de Biomedicina de Valencia (IBV - CSIC)