En el listado de especies, publicado en 1992, figuran algunas que no deberían estar y faltan otras que necesitan protección. Además, se desconoce el estado de conservación de muchas de ellas. Es necesario actualizarlo.
Estos paisajes mediterráneos albergan gran variedad de especies de plantas y animales. Sirven de fuente de alimento, entre otros, al lince ibérico, el águila imperial y el buitre negro.
La alteración de ecosistemas y la pérdida de especies repercuten en la salud con un coste creciente. Necesitamos un enfoque holístico para proteger la naturaleza y, con ella, nuestro bienestar.
Juan José Luque-Larena, profesor de Zoología de la Universidad de Valladolid, advierte de la necesidad y urgencia de conservar la biodiversidad. También para protegernos de enfermedades.
¿Cómo se tomarán jabalíes, pavos reales, osos, corzos, patos e incluso cabras que volvamos a invadir las calles que ellos habían conquistado durante el confinamiento?
El proyecto Olivares Vivos promueve modelos de agricultura que tengan como objetivo detener la pérdida de biodiversidad a la vez que aseguran la rentabilidad del cultivo.
Una red de explotaciones de dehesas desarrolla medidas para mantener la producción de estos ecosistemas, clave para la economía rural, ante las sequías y el empobrecimiento del suelo.
La escasez y baja calidad de la hojarasca de los eucaliptos, así como la frecuencia de sus talas, afectan a las comunidades de invertebrados, hongos y peces que habitan en torrentes y grandes ríos.
Investigadora del proyecto "Comunicación Científica y Divulgación en la Transferencia del Conocimiento en la Universidad", Universidad Complutense de Madrid