La relación entre los trombos y la vacuna de AstraZeneca cumple todos los requisitos para que su riesgo sea sobreestimado: es nueva, desconocida por la ciencia, involuntaria y con un posible resultado catastrófico.
La buena noticia es que el sistema de farmacovigilancia está funcionando. Se han publicado ya tres artículos que analizan los casos de trombosis en personas que habían recibido recientemente las vacunas de AstraZeneca y de Janssen, sugieren una posible explicación y proponen cómo tratarlos y evitar su gravedad.
Solo 11 personas han fallecido en Taiwan desde que comenzó la pandemia. Los investigadores han descubierto que el éxito se debe a la detección de personas infectadas mediante pruebas, el aislamiento de los casos positivos, el rastreo de contactos y la cuarentena de 14 días de los contactos cercanos, además del uso de mascarilla, la higiene personal y el distanciamiento social.
¿Se dejaría inmunizar con las vacunas de Janssen y AstraZeneca? Varios de los principales especialistas en epidemiología, inmunología, vacunología, virología y salud pública responden.
La decisión de las autoridades sanitarias de no completar la pauta de vacunación a aquellos que han recibido una dosis de la vacuna AstraZeneca abre un debate sobre qué hacer a continuación. ¿Es mejor completar la pauta con otra vacuna comercializada? ¿O tal vez dejar sin vacunar a estos individuos?
La vacuna AstraZeneca y ahora la de Janssen han generado polémica con la aparición de raros casos de trombosis. Analizamos por qué algunos expertos dudan sobre si es bueno para la sociedad que estos datos se difundan.
Las trombosis con descenso de plaquetas observadas en algunos -escasísimos- vacunados con AstraZeneca y Janssen se debe a una actividad anormal del sistema inmunitario del propio paciente. Interrumpir la vacunación por este motivo no tiene sentido.
Miguel Ángel Jiménez Clavero, Instituto Nacional de Investigación y Tecnología Agraria y Alimentaria (INIA - CSIC)
Los coronavirus no forman serotipos, lo cuál es una ventaja para nosotros. Según el autor, es poco probable que se generen variantes capaces de resistir las vacunas de la covid-19.
La confirmada relación entre casos raros de trombos en personas ya vacunadas con AstraZeneca y la consecuente restricción de su uso para personas entre 60 y 69 años, deja en el aire algunas cuestiones difíciles de entender para los ciudadanos: por qué su uso sí resulta adecuado en esta franja de edad y qué pasará con las personas menores de 60 que ya han recibido una primera dosis.
La presión sobre la vacuna de AstraZeneca por la posibilidad de que cause trombos en una proporción bajísima de la población no debe servir para bloquear su administración.
La confianza de la ciudadanía será esencial para el éxito de las campañas de vacunación, a pesar de las informaciones que ponen en duda la seguridad de alguna de ellas.
Un mes de adelanto o de retraso en la vacunación poblacional que permita volver a la normalidad económica supone ingentes cantidades de dinero. Lamentablemente, Europa lleva unas cinco semanas de retraso en vacunación comparada con EE UU.
¿Conseguimos la misma protección vacunándonos que infectándonos de manera natural? ¿Es necesario vacunar a quienes en algún momento han dado positivo para covid-19? Todo apunta a que la infección natural actuaría como el equivalente a una primera inmunización vacunal.
Cada vez que aparece una vacuna en el mercado ciertos grupos lanzan mensajes apocalípticos sobre su uso. Como está sucediendo ahora con las vacunas de ARN. Una gran contradicción dado que estamos ante una gran promesa de futuro en la prevención de enfermedades infecciosas.
Los coágulos de sangre se forman para evitar la pérdida de sangre tanto dentro como fuera del cuerpo. Pero pueden ser peligrosos si se desprenden del lugar donde se forman.
Las estrategias de vacunación del Reino Unido y la Unión Europea ofrecen algunas claves para pensar las implicaciones del Brexit y las dificultades del proyecto de integración europeo.
¿Cuáles son las razones de los diferentes porcentajes de vacunación entre países? Para poder responder hay que tener en cuenta qué se necesita para producir, fabricar, envasar, almacenar y distribuir una vacuna.
Sin que la denominada tercera ola de la pandemia haya haya terminado en muchas comunidades autónomas, ya se habla de una cuarta ola. La vacunación podrá aliviar los efectos más graves. Pero no será suficiente si no hay cooperación de la sociedad en su conjunto.
Científica del CSIC. Bioquímica de Sistemas de la división bacteriana. Comunicadora científica, Centro de Investigaciones Biológicas Margarita Salas (CIB - CSIC)
Catedrático del área de Biología Celular. Investigador asociado del Centro Andaluz de Biología del Desarrollo. Investigador en metabolismo, envejecimiento y sistemas inmunológicos y antioxidantes., Universidad Pablo de Olavide
Bioquímica y bióloga molecular, inmunológa, experta en vacunas y profesora de investigación en Procesos Sanitarios en la Facultad de Educación y en Avances en Enfermedades Infecciosas y terapia antimicrobiana en la Facultad de Ciencias de la Salud, UNIR - Universidad Internacional de La Rioja
Investigadora del proyecto "Comunicación Científica y Divulgación en la Transferencia del Conocimiento en la Universidad", Universidad Complutense de Madrid