Hay menos niñas que niños con trastornos o dificultades de aprendizaje o desarrollo que inciden en su rendimiento académico. ¿Están infradiagnosticadas? ¿Por qué?
Analizamos las fuentes especiales que se han creado para personas con dislexia, para comprobar si realmente mejoran la velocidad y comodidad de lectura.
La proximidad anatómica de las áreas del cerebro implicadas, y la dimensión del lenguaje que tienen algunas cuestiones matemáticas, hacen que estas dos condiciones coincidan a menudo. Pero no son lo mismo.
Entender los números es fundamental para desenvolverse en la vida, pero algunas personas tienen una dificultad a la hora de interiorizar y aplicar los conceptos numéricos.
Explicamos las herramientas digitales disponibles para diagnosticar y entrenar esta condición, de origen neurobiológico. Una de ellas, elaborada por nuestro grupo de investigación.
Hay quien considera que se está patologizando la conducta infantil. En realidad, detectar a tiempo estos trastornos, que afectan a entre el 11 % y el 15 % de los niños, es vital para mejorar el pronóstico y la inclusión social de los afectados.
En la escuela inclusiva hay una diversidad de alumnos y necesidades. El docente debe ser capaz de personalizar su enfoque y el sistema de proporcionar ayudas sin necesidad de un diagnóstico clínico.
Estar por detrás de los iguales en el desarrollo del lenguaje y la capacidad de expresarse no solo afecta al rendimiento académico. También nos hace más vulnerables al acoso escolar.
La dislexia tiene una dimensión psicoafectiva que puede paliarse con la biblioterapia: recomendamos 13 libros cuyos personajes tienen dislexia y que la normalizan y permiten al lector empatizar.
Descubrimos herramientas computarizadas que permiten ir adaptando la tarea a medida que se evalúan las necesidades: un ‘entrenamiento’ que aprovecha todo el potencial del alumno.
Los diagnósticos de TDAH o dislexia y su prevalencia varían mucho según los baremos usados, lo que hace el infradiagnóstico discutible. Lo que podemos hacer con certeza es prevenir estos transtornos.
Cuando la dislexia o el TDAH no se detectan, disminuye el rendimiento académico y la autoestima. Es necesaria la detección precoz y más herramientas para los docentes.
Los alumnos con dislexia no pueden examinarse de la prueba de acceso a la universidad de la misma manera que el resto. Muchas universidades han llevado a cabo adaptaciones para que las personas con dificultades de lectura y escritura puedan superar estas pruebas en igualdad de condiciones.
El déficit de atención no es una enfermedad. Es un trastorno neuronal que debe trabajarse entre la familia y los centros educativos. Pero los docentes no tienen preparación específica para ello y la mayoría del alumnado con trastornos del aprendizaje no logra acceder a estudios universitarios.
Ni confundir izquierda y derecha es un síntoma determinante de dislexia, ni los niños disléxicos tienen un cociente intelectual más bajo. Alrededor de este trastorno, que afecta a entre el 5 y el 10 % de la población, existen muchos mitos.
¿Hay que esperar un diagnóstico de dislexia o discalculia para comenzar a intervenir? La respuesta es no. Desde edades muy tempranas se puede predecir si un niño o niña tendrá problemas con la lectura, la escritura y las matemáticas. Por eso, no espere demasiado.