Hongos radiotróficos, campos magnéticos protectores o polietileno son algunos de los candidatos para proteger de las peligrosas radiaciones espaciales a los astronautas y sus naves.
Los árboles registran todo lo que ocurre a su alrededor y guardan esa información en la madera, que puede revelar, incluso, cuándo se ha producido un aumento de rayos cósmicos.
Hoy en día somos conscientes de que un exceso de radiaciones solares, especialmente las de más alta energía o radiaciones ultravioleta (UV), son nocivas. Pero no solo lo son para nuestra piel, sino también para nuestros ojos.
Además de las cremas solares, a la hora de protegernos del sol conviene tener en cuenta las sombrillas, las prendas de vestir y de baño e incluso qué alimentos consumimos.