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¿Confían la sociedad y los expertos en el vehículo autónomo, conectado y compartido?

En un mundo en constante evolución tecnológica, es esencial comprender la opinión pública sobre los avances y anticipar su aceptación futura. ¿Cual es la percepción de la sociedad frente al vehículo autónomo, conectado y compartido? ¿Confían en él los expertos del sector?

Para conocer la opinión sobre esta innovadora forma de movilidad, se ha llevado a cabo una encuesta en el marco de una investigación promovida por la Cátedra de Transición Energética Fundación Repsol, en la Universidad Politécnica de Madrid.

Desconfianza en el vehículo autónomo

La encuesta fue difundida en diversos ámbitos para lograr captar las diferentes percepciones. Participaron 238 personas (60 % hombres y 40 % mujeres), de las que el 47 % se pueden considerar expertas en el sector de la automoción.

En cuanto al rango de edades, los participantes se encuentran entre los 18 y 70 años, con una mayoría concentrada en el rango de 40 a 60 años. Mayoritariamente los encuestados poseen licencia de conducir desde hace más de 10 años. El modo de transporte habitual más utilizado es el vehículo privado.

En relación con el vehículo autónomo, resulta relevante destacar la baja confianza en esta tecnología, a pesar de los numerosos estudios que aseguran que podría reducir el número de accidentes.

Solo un 40 % de los encuestados afirmó estar dispuesto a comprar un vehículo autónomo en el futuro, y más del 80 % expresó el deseo de probarlo antes de tomar una decisión.

Sin embargo, el 50 % de los encuestados espera que esta tecnología disminuya el riesgo de accidentes y el 60 % espera que reduzca el estrés de la conducción.

Ventajas reconocidas

La utilidad percibida del vehículo autónomo se refleja principalmente en la inclusión social, ya que el 70 % de los encuestados afirma que su uso puede facilitar el transporte a un gran número de personas, como personas mayores, con movilidad reducida o sin carné de conducir.

De esta forma, el 79 % de los encuestados reconoce la utilidad del vehículo autónomo para viajes largos y para conductores inexpertos o en condiciones no óptimas, aunque esta utilidad no se percibe igual en escenarios como zonas desconocidas o en condiciones climatológicas adversas.

Los datos revelan que casi el 60 % de los encuestados considera que la reducción de estrés y las ventajas ambientales, como el menor consumo y emisiones, son los principales motivos para utilizar el vehículo autónomo.

Sin embargo, cuando se les preguntó sobre cuál consideraban el factor más relevante, cerca del 20 % de los encuestados valoró más la seguridad, la confianza y el uso eficiente del tiempo, siendo minoritarios el resto de los factores.

Desventajas: el alto precio y la desconfianza

Por el contrario, los motivos por los cuales los encuestados optarían por no utilizar el vehículo autónomo presentan una tendencia más clara. El alto precio es el principal inconveniente mencionado, seguido de la falta de confianza en las acciones del vehículo, la pérdida de control y la preocupación por posibles ataques de ciberdelincuentes.

En cuanto al vehículo conectado, se destaca que solo el 56 % de los encuestados reconocen que aporta información y servicios valiosos para el usuario y el 74 % para el tráfico, y solo el 16 % está dispuesto a pagar más por disponer de servicios de conectividad.

Además, existe una preocupación adicional sobre los riesgos de privacidad.

El temor a la disponibilidad para el vehículo compartido

En cuanto al vehículo compartido, los encuestados muestran una disposición parcial a utilizarlo, ya que solo el 24 % está dispuesto a cambiar sus hábitos de uso de transporte privado.

Esta resistencia no parece estar relacionada con el estatus social asociado al vehículo privado, sino con otros factores como la comodidad, la flexibilidad y la percepción de seguridad.

La encuesta revela que un 76 % de los encuestados estaría dispuesto a utilizar el servicio de vehículo compartido alquilándolo para un viaje específico, pero menos del 50 % muestra disposición para compartir viajes con otros usuarios.

Entre los motivos por los cuales los encuestados optarían por no utilizar el vehículo compartido destaca la falta de disponibilidad.

La opinión de los expertos

Entre el grupo de expertos vinculados al ámbito de la automoción, los aspectos legales y normativos se identifican como las principales barreras para el uso del vehículo autónomo, seguidas de las económicas debido al alto coste asociado a la implementación de las tecnologías necesarias tanto en infraestructura como en vehículos.

En relación con el vehículo compartido, la mayoría de los expertos asegura que las principales barreras de uso son de naturaleza social, siendo más probable su implantación en entornos urbanos que en interurbanos.

Los resultados de la encuesta resaltan la importancia de abordar los desafíos legales, económicos y sociales para la adopción y el uso exitoso de estas formas de movilidad en el futuro.

La brecha entre expertos y no expertos

La encuesta hace visible la notable disparidad de opiniones entre expertos y no expertos respecto a la implantación del vehículo autónomo, conectado y compartido.

Se observa que el 65 % de los expertos considera que hay más ventajas que desventajas en el uso del vehículo autónomo, el 79 % en el uso del vehículo conectado y el 65 % en el uso del vehículo compartido, mientras que entre los no expertos solo el 35 % comparte esa opinión respecto al vehículo autónomo, el 33 % respecto al vehículo conectado y el 45 % respecto al vehículo compartido.

Esta diferencia en la percepción resalta la importancia de tener en cuenta diferentes perspectivas y conocimientos al evaluar el potencial impacto y las implicaciones de estas tecnologías emergentes en la movilidad.

Parece esencial fomentar una mayor información entre el público en general, con el fin de promover una implantación adecuada de estas formas de movilidad en el futuro, superando las barreras actuales.

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