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La Orquesta Kalush de Ucrania ha llegado a la final de Eurovisión. ANP/Alamy

Eurovisión: si la Orquesta Kalush de Ucrania triunfa no será por un voto de simpatía

Las votaciones en el Festival de Eurovisión de este año, que se celebrará el 14 de mayo en Turín, serán diferentes por una razón concreta: no participan ni Rusia ni Bielorrusia.

El grupo ucraniano de folk-rap Kalush Orchestra se ha clasificado para la final. Pero la Unión Europea de Radiodifusión (UER), organizadora de Eurovisión, decidió que este año no podría participar ningún representante ruso, después de que Rusia lanzara una invasión a gran escala de Ucrania.

En 2021, la UER rechazó la participación de Bielorrusia, que se burlaba de las protestas contra el régimen de Lukashenko, y desde entonces ha suspendido la participación de la emisora bielorrusa BTRC en la UER.

Bajo el mandato de Putin, la radiotelevisión estatal rusa ha invertido mucho en sus candidaturas a Eurovisión con el objetivo de ganar y acoger el concurso, lo que podría llamarse una “puesta en escena al servicio del Estado”.

Aunque la dinámica de las votaciones se verá alterada por la ausencia de Rusia y Bielorrusia, los patrones de votación en Eurovisión ya habían cambiado desde la anexión de Crimea por parte de Putin en 2014, y siempre han estado sujetos a cambios.

Cambios en las votaciones

El famoso sistema del concurso por el que cada país otorga de uno a 12 puntos se remonta a 1975. Su cambio más significativo, la introducción del voto telefónico y por SMS, se introdujo gradualmente entre 1997 y 2003. A partir de 2003, casi todos los países sustituyeron los jurados por el televoto.

Este paso al voto público por teléfono coincidió con un cambio sorprendente. Ninguno de los países ganadores de 2003 a 2008 había ganado Eurovisión antes, y muchas de las mayores puntuaciones de la era del televoto procedían de países que habían formado parte de Yugoslavia o de la Unión Soviética. Ucrania ganó por primera vez en 2004, en su segunda participación. Rusia ganó por primera y única vez en 2008.

Todos los países de Europa central y oriental que han participado en Eurovisión han tenido que pelear contra los prejuicios occidentales, que consideran que aquellas regiones no son plenamente europeas o que están atrasadas. Turquía, Grecia y Finlandia, que también se estrenaron como ganadores en este periodo, llevaban más tiempo en Eurovisión, pero también eran considerados la periferia de Europa por muchos occidentales.

La Orquesta Kalush de Ucrania.

El dominio de estos ganadores no tradicionales culminó en la edición de 2008, en la que ningún país de Europa occidental quedó entre los diez primeros.

En los medios de comunicación de Europa occidental creció el resentimiento por el “voto político”. Como respuesta, desde 2009 los votos de Eurovisión se otorgan en un 50 % por el voto del público y en un 50 % por pequeños jurados de profesionales de la música de cada país.

Gustos musicales compartidos

Muchos espectadores hablan sobre las alianzas entre países, y los académicos también han sentido curiosidad por saber si las alianzas a la hora de votar pueden decidir el resultado de Eurovisión.

Un estudio argumentó en 1995 que los votos del jurado entre 1975 y 1992 podían dividirse en tres bloques de países: occidentales, norteños y mediterráneos.

En 2006, cuando Eurovisión se expandió hacia el este, otro estudio utilizó simulaciones estadísticas para argumentar que había coaliciones entre los países nórdicos y los bálticos, los países balcánicos y la zona de Rusia, Polonia y Ucrania. Los geógrafos Adrian Kavanagh y Caoilfhionn D'Arcy señalaron en 2021:

“Aunque es cierto que algunos países todavía tienden a otorgar un alto número de puntos del televoto a los mismos países todos los años, estas tendencias probablemente reflejen factores como que comparten mercado musical y tienen una cultura común, más que deberse a cuestiones políticas”.

Chipre y Grecia son famosos por intercambiar 12 puntos siempre que pueden, pero se debe a que comparten un idioma y una misma industria de musica popular. En los Estados que formaban parte de Yugoslavia, los sonidos y los cantantes que presentan a Eurovisión ya son muchas veces populares en los Estados fronterizos. Por ejemplo, los espectadores croatas dieron 12 puntos a Serbia-Montenegro en 2004, sorprendentemente, a pesar de la guerra de los años 90.

Efectos de los ataques rusos

El fin de la Unión Soviética en 1991 dio paso a un espacio cultural compartido entre los antiguos países miembros. Cuando Verka Serduchka representó a Ucrania en Eurovisión 2007, por ejemplo, ya era un nombre conocido en Rusia.

Antes de 2014, Rusia y Ucrania casi siempre intercambiaban al menos siete u ocho puntos, pero la agresividad del régimen de Putin ha acabado con ello.

La invasión rusa de Georgia en 2008 dejó su huella en Eurovisión cuando la UER rechazó la participación georgiana de 2009, que incumplía la norma de Eurovisión contra los mensajes políticos por una declaración anti-Putin.

Tras la anexión de Crimea por parte de Rusia en 2014 y su apoyo a los separatistas en el este del Donbás, los servicios de seguridad ucranianos empezaron a prohibir la entrada al país a los artistas rusos que habían apoyado a Putin o visitado ilegalmente Crimea. Cuando Kiev acogió su segunda edición de Eurovisión en 2017, el veto por parte de Ucraniana impidió la asistencia de la representante rusa en Eurovisión, Yulia Samoilova.

Las nuevas leyes lingüísticas de Ucrania, introducidas en 2019, han limitado la difusión de la música y los medios de comunicación en lengua rusa, dejando espacio para más contenidos en ucraniano. La politóloga Tatiana Zhurzhenko considera que son unas medidas de defensa contra la guerra híbrida rusa y la expresión de un nuevo renacimiento cultural tras el periodo de Euromaidán, una ola de protestas en demanda de más democracia en Ucrania.

Las tendencias de voto en Eurovisión de los años 90 y 2000 ya han dejado de ser guías útiles para los resultados del concurso. Los jurados ucraniano y ruso no han intercambiado puntos desde la anexión de Crimea, aunque los televotos del público siguieron dando algunos puntos a las canciones del otro.

Después de que Rusia invadiera Ucrania este año, parecía incierto que el país pudiera participar. Incluso después de que las fuerzas ucranianas detuvieran la primera ofensiva rusa contra Kiev, la ley marcial en Ucrania habría impedido técnicamente que la Orquesta Kalush, compuesta exclusivamente por hombres, viajara a Eurovisión, ya que los hombres en edad militar tienen prohibido salir del país. Al aprobar su viaje, el Estado ucraniano ha reconocido que el valor de la diplomacia pública de Eurovisión para Ucrania es mucho mayor que lo que podrían lograr seis soldados sobre el terreno.

La canción ucraniana de este año es la tercera que se presenta de forma consecutiva completamente en ucraniano, tras las dos candidaturas de la banda de folk electrónico Go_A en el cancelado concurso de 2020 y en el de 2021. Ambas bandas proceden de una escena musical dedicada a mezclar géneros musicales ucranianos tradicionales y contemporáneos.

En mi opinión, si Kalush Orchestra gana Eurovisión 2022, se deberá a la calidad de la propuesta y la interpretación de su canción, y no tanto a las alianzas o simpatías de los votantes. Los artistas ucranianos han estado entre los favoritos de Eurovisión durante años. Ucrania ha ganado Eurovisión dos veces en el siglo XXI –la última vez en 2016 con una canción que aludía a la anexión de Crimea– y quedó en segundo lugar en la votación del público del año pasado.

This article was originally published in English

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