Las reservas hídricas de los embalses se emplean para regar cultivos, suministrar agua potable y generar energía. Además, proporcionan servicios ecosistémicos y de ocio.
Embalse de Algeciras, en el municipio de Alhama de Murcia, región de Murcia, España.
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Las altas temperaturas y la mayor variabilidad de las precipitaciones, junto con el incremento de la demanda de agua y la disminución de su calidad, suponen grandes dificultades en la gestión de los recursos hídricos.
Embalse del Cubillas (Granada) con Sierra Nevada al fondo.
Wikimedia Commons / Enrique Íñiguez Rodríguez
Hemos analizado los flujos de gases de efecto invernadero en 12 embalses del sudeste de la península ibérica y estudiado los factores que los determinan, como la temperatura, profundidad y presencia de nutrientes.
Embalse de Sau, en la provincia de Girona.
Xavier Lorenzo/Shutterstock
Arturo Elosegi, Universidad del País Vasco / Euskal Herriko Unibertsitatea
Los embalses retienen los sedimentos fluviales, cambian el régimen hidrológico del río y suponen una barrera a la migración de especies como las truchas y los salmones.