Estos paisajes mediterráneos albergan gran variedad de especies de plantas y animales. Sirven de fuente de alimento, entre otros, al lince ibérico, el águila imperial y el buitre negro.
Muchas especies han desarrollado adaptaciones específicas para detectar y responder ante el fuego. Necesitan ser rápidas y reaccionar a tiempo para poder sobrevivir huyendo o escondiéndose.