Las redes sociales son un campo de experimentos lingüísticos como ningún otro en la historia. Aunque la manera de crear, modificar o coger prestadas palabras o usos no es nueva, sí lo es la velocidad.
No expresan resistencia ni prejuicios contra la tecnología; no la ven como amenaza ni temen que la especie sea destruida por robots. Aceptan que la tecnología ha alterado nuestra existencia para siempre.