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Distrito tecnológico 22@, Barcelona. Ekaterina Pokrovsky /Shutterstock

Las ciudades y la nueva competición por atraer el talento global

Hoy en día, las ciudades se han convertido en los motores de la economía mundial. Con el crecimiento imparable de la vida urbana a nivel mundial, el incremento de la riqueza y la necesidad de recursos se ha concentrado en las ciudades, por lo que atraer inversión y talento es ahora la pieza clave de ese crecimiento. No apostar por estos dos indicadores se ha convertido en una opción muy arriesgada.

Existen numerosos informes en el mercado que demuestran el vínculo existente entre estas métricas de innovación y talento y el comportamiento del mercado inmobiliario. Esto ha traído una auténtica competición global en la que la ciudad tiene que construir un relato de posicionamiento y diferenciación, un relato característico que la convierta en una oportunidad única y un destino irrenunciable.

Los indicadores que se estudian para cifrar cuánto de innovadores somos en cada ciudad son el gasto en I+D, el número de universidades y escuelas de negocios, el número de espacios de oficina flexible o coworkings, los espacios de innovación y parques tecnológicos, el número de empresas del sector tecnológico, los centros de innovación o ecosistemas de emprendimiento, etc.

Si analizamos 100 ciudades a nivel global y “mapeamos” la innovación, según la consultora inmobiliaria internacional JLL en su informe ‘Innovation Geographies’, Madrid y Barcelona destacan en las métricas de innovación, en las que ocupan los puestos 15⁰ y 16⁰ en el ranking europeo, respectivamente.

Ambas ciudades despuntan por el vínculo entre la innovación y el rendimiento inmobiliario, por el número de espacios de innovación y parques tecnológicos, además de distritos tecnológicos como el 22@ en Barcelona y el Norte de Madrid, que acoge cada vez a un mayor número de empresas de este sector.

San Francisco y Asia

A nivel global, encabeza el ranking San Francisco, con su escena emergente líder en el mundo, y le siguen Tokio, Singapur, Beijing y Londres.

Innovation geographies 2019. JLL, 2019

Puede verse claramente que las ciudades del eje Asia Pacífico están teniendo cada vez una presencia más fuerte en estas clasificaciones.

Beijing por ejemplo se ha convertido en el tercer destino más importante para fondos de capital de riesgo por su sólido ecosistema de innovación –ha nutrido a la mayoría de los unicornios fuera de Silicon Valley–.

Tokio por su parte es un claro líder mundial en innovación, generando el mayor número de patentes a nivel mundial y líder en maquinaria eléctrica o nanotecnología, y a nivel mundial es el hogar de los mejores

América Latina

Respecto a ciudades latinoamericanas, destacan ocho urbes: Bogotá, Buenos Aires, Lima, Ciudad de México, Monterrey, Río de Janeiro, Santiago y Sao Paulo.

Lima y Santiago resultaron las mejor posicionadas de la región, acercándose al Top 30. Algunas de las razones son su fuerte crecimiento económico, el aumento de visitantes y el crecimiento en el mercado de las oficinas.

Pero en estas ciudades todavía existe mucho trabajo por hacer con respecto a la innovación: existe un riesgo latente a nivel regional. Para mejorar la competitividad a largo plazo, los mayores centros urbanos tienen que acelerar cambios que les permitan proyectarse como polos de desarrollo.

Ciudades atractivas para vivir

Volviendo a la teoría, otra gran ventaja competitiva de ser polo de innovación que no debemos dejar pasar es que a través de estos centros de innovación dentro de las ciudades podemos desarrollar soluciones digitales para los desafíos actuales: competitividad económica, cambio climático, aumento de las desigualdades o seguridad del espacio público.

Por otro lado, si una ciudad quiere atraer talento, debe convertirse en un destino para vivir. Todos queremos ciudades seguras, inclusivas, con las que nos sintamos identificados y piensen en el peatón. Pero, además, el talento más joven demanda ciudades dinámicas, activas las 24 horas y con un flujo constante de información y actividad humana.

Por lo tanto, si de verdad quiere atraer inversión, la gestión de la ciudad ha de convertirla en un lugar en el que el talento joven quiera vivir, trabajar y divertirse. Esta mezcla entre inversión y diversión es precisamente el punto de partida para diseñar la ciudad del futuro, en la que la relación de la ciudad con el ciudadano es clave.

La ciudad urbana actual necesita de este tipo de modelos que ponen al ciudadano en el centro. ¿Sabremos conseguirlo?

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