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Techo de gasto y senda de déficit: ¿qué son y por qué importan?

La Seguridad Social es la principal ‘culpable’ del déficit del Estado. Flickr

Estamos en pleno debate político sobre la tramitación de los presupuestos generales del Estado para el año 2019. Y dentro de este debate, pero dejando a un lado la política, aparecen siempre en los medios determinados conceptos técnicos, como el techo de gasto y la senda de déficit, que en algunas ocasiones pueden resultar confusos para el ciudadano.

Por eso conviene explicarlos, porque son conceptos que se incluyen como parte de los objetivos de estabilidad presupuestaria que debe fijar el gobierno.

En primer lugar, se debe poner de manifiesto que, aunque relacionados, son conceptos distintos.

La senda de déficit refleja los objetivos de estabilidad presupuestaria establecidos para la reducción del déficit de cada estado miembro de la Unión Europea durante los próximos años, por lo que se considera un objetivo estratégico. Su fin último es alcanzar el superávit en las cuentas públicas de los diferentes estados miembros.

Para su determinación, la magnitud que se utiliza es la capacidad o necesidad de financiación (SEC 2010) en términos de porcentaje del PIB o, en términos coloquiales, la diferencia entre ingresos y gastos calculados siguiendo un determinado criterio técnico para su inclusión.

Los cambios con Rajoy y Sánchez

Durante este año este compromiso se ha visto modificado en varias ocasiones.

En primer lugar, durante el último período del gobierno de Mariano Rajoy, donde se introdujeron diversas modificaciones. En segundo lugar, durante la segunda mitad del año, en la que el gobierno de Pedro Sánchez ha modificado la senda de déficit para situarla durante los próximos tres años (2019-2021) en el -1,8%, -1.1% y -0,4%, respectivamente, lo que supone un aumento del déficit previsto a comienzos del año de 0,5% para 2019, 0,6% para 2020 y 0,3% para 2021.

Esta senda de déficit puede atribuirse al conjunto de las diferentes administraciones públicas, y la que tiene más peso es la Seguridad Social, aunque los ajustes realizados por el gobierno de Sánchez tenían como objetivo dar mayor oxígeno en materia de financiación a las Comunidades Autónomas. En el lado contrario nos encontramos con las entidades locales, sobre las que se prevé un escenario de equilibrio presupuestario para el período 2019-2021.

En cuanto al otro concepto planteado, el techo de gasto, éste atiende al límite de gasto no financiero de los presupuestos de un país, y siguiendo los criterios y definiciones de la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF), es una magnitud que se calcula según las estimaciones de los ingresos que se van a obtener en el ejercicio, a partir de los cuales es posible estimar el gasto o límite del gasto presupuestario para el cumplimiento del objetivo de estabilidad. Por tanto, un nivel más alto de ingresos permitiría un límite de gasto mayor siempre que se cumpla el objetivo de estabilidad (déficit).

6.000 millones de euros más

El actual gobierno de Pedro Sánchez ha fijado un techo de gasto de 125.064 millones de euros, lo que supone un incremento del 4,4% con respecto al techo de gasto del ejercicio de 2018. Éste es uno de los mayores incrementos de gasto desde el comienzo de la etapa denominada como la Gran Recesión.

Este incremento se materializará en unos 6.000 millones de euros más para el conjunto de las administraciones públicas, en especial para las Comunidades Autónomas, que venían demandando del gobierno de Rajoy una mayor flexibilidad presupuestaria, tal y como se ha comentado anteriormente.

En cualquier caso, estos dos conceptos están interrelacionados. Mientras el techo de gasto fija las obligaciones presupuestarias que pueden acometer un país a lo largo de un ejercicio económico, éste se integra dentro de la senda de déficit, al venir delimitado por la diferencia entre ingresos y gastos para un determinado horizonte temporal.

En relación con las previsiones presentadas por el Gobierno, reflejan el continuo crecimiento de la economía española con tasas interanuales cercanas al 3% del PIB. No obstante, hay que señalar que diversos organismos, entre los se encuentra el Banco de España, han comenzado a revisar a la baja las previsiones de crecimiento, lo que puede provocar que las estimaciones de los ingresos para los próximos años puedan verse disminuidas. Y eso implicaría tener un techo de gasto calculado por ingresos sobrestimados, lo que conllevaría un aumento del déficit público medido a través de la capacidad o necesidad de financiación, y dificultaría el cumplimiento de la senda de déficit elaborada y comprometida por el gobierno.

No obstante, las previsiones de estas magnitudes para el año 2019, tanto la senda de déficit como el techo de gasto, quedan a expensas de la aprobación de los objetivos de estabilidad presupuestaria, que se encuentran pendientes de tramitación parlamentaria. Sin aprobarlos, no pueden elaborarse unos presupuestos generales del estado para 2019 propios del gobierno de Pedro Sánchez.

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