Las ciudades se preocupan cada vez más por crear una imagen que las haga más atractivas para inversores, trabajadores profesionales nómadas y turistas. ¿Es bueno para los residentes?
El turismo tiene la capacidad de despertar deseos y satisfacerlos, de ocupar territorios y de subrayar las diferencias entre los grupos sociales. Por todo esto se suele afirmar que el turismo es otro de los nombres del poder.