El acuerdo alcanzado en España el pasado 10 de mayo entre los sindicatos y la patronal de empresarios, por el que se pactan las subidas salariales para los próximos tres años, es positivo y disminuye significativamente el riesgo de una espiral inflacionista causada por una segunda ronda de inflación.
El acuerdo establece una subida mínima de los salarios del 4 % para 2023 y del 3 % para 2024 y 2025 (incluyendo un incremento de 1 % adicional si la inflación supera dichas subidas). Aunque no sea de obligado cumplimiento en los convenios colectivos, sí es una guía de actuación que influye significativamente en los mismos.
El objetivo de este artículo es explicar la relevancia de este acuerdo.
Invasión de Ucrania y shock de oferta
La invasión de Ucrania en febrero de 2022 desencadenó un shock de oferta cualitativamente similar al de las crisis del petróleo de 1973 y 1979. Un shock de oferta negativo provoca una disminución del nivel de producción y un incremento del nivel de precios. En este sentido, la invasión de Ucrania no hizo más que agravar las presiones inflacionistas que ya habían empezado en la segunda mitad del año 2021. Entre diciembre de 2020 y marzo de 2022 la inflación pasó del -0,6 % al 9,8 %.
A partir de la guerra de Ucrania el repunte de la inflación en España se intensificó. Los primeros en subir fueron los precios de la energía y de las materias primas pero, a lo largo de 2022, las subidas se fueron trasladando tanto a los precios de los alimentos como a los bienes no energéticos y los servicios, con lo que acabó trasladándose a la inflación subyacente.
La inflación general se aceleró a partir de marzo de 2022, alcanzando el valor máximo de 10,8 % en julio y a partir de ese mes empezó a bajar debido a la reducción de los precios de la energía, aunque la inflación subyacente siguió subiendo para alcanzar su valor máximo en febrero de 2022.
Por otra parte, el impacto en el PIB fue menor de lo esperado ya que en 2022 se produjo un crecimiento del 5,5 %. No obstante, las últimas previsiones para 2023 y 2024 prevén una ralentización económica, con un crecimiento del 1,5 % y 1,4 %, respectivamente.
Espiral inflacionista e inflación de segunda ronda
Según datos del ministerio de Trabajo y del INE, los salarios revisados por convenios colectivos de 2022 subieron un 2,8 %. Por tanto, los trabajadores perdieron poder adquisitivo, mientras que los márgenes empresariales se habrían mantenido.
Así, el shock de oferta provocado por la guerra de Ucrania ha afectado en mayor medida a los asalariados. Una pérdida continuada de poder adquisitivo podría provocar que, en la revisión de los convenios colectivos, los asalariados reclamasen, y consiguiesen, una subida de los salarios nominales equiparable a la de la inflación. Tras acceder a estas peticiones, las empresas repercutirían el incremento de los salarios a los precios dando lugar a una espiral inflacionista (muy costosa de revertir ya que cronifica la inflación).
La guerra de Ucrania ha supuesto una pérdida de riqueza; si cada agente social trata de endosar la pérdida de riqueza al escalafón siguiente, acaba produciéndose una espiral inflacionista o inflación de segunda ronda.
Pacto de rentas
El pacto de rentas consiste, entonces, en un pacto explícito entre trabajadores y empresas para repartir de forma equitativa la pérdida de renta real. En este sentido, el acuerdo alcanzado por los sindicatos y las empresas es muy positivo ya que, pese a que no es vinculante, sí que ofrece una serie de recomendaciones y orientaciones a los representantes de los sindicatos y empresas para evitar una espiral inflacionista.
Un acuerdo de estas características contribuye a aumentar la estabilidad macroeconómica y crea un entorno de confianza en el actual contexto de incertidumbre e inflación.