Menu Close
Wisława Szymborska en Book World 2010, Praga, República Checa. Juan de Vojníkov / Wikimedia Commons, CC BY-SA

Wisława Szymborska ante la literatura española

El día 1 de febrero recordamos el décimo aniversario de la muerte de la escritora polaca Wisława Szymborska (1923-2012), premio Nobel de Literatura en 1996. No tenemos constancia de su estancia en España pero sí de su atención a personajes, obras literarias y lugares españoles en su obra literaria.

Primeras lecturas

Al recorrer la trayectoria de un escritor, advertimos sus preferencias en cuanto a autores y obras. Tratándose, en esta ocasión, de una autora extranjera, se rastrean en sus textos las alusiones a escritores y textos de otras literaturas y, en esta ocasión, a autores españoles. El escritor español más antiguo citado por Szymborska es Marco Valerio Marcial (años 40 a 140), famoso por sus Epigramas, con los que “azotaba, pero no con una correa, sino con una pluma arrancada de la cola de un gallo”.

La traducción al polaco de unos cuatro centenares de estos epigramas en 1971 le sirven a nuestra autora para reseñar la traducción de las mordaces invectivas “que es más bien humor de uso diario: finales hábilmente resultones, vivacidad, gracia, laconismo…”. La pluma del escritor hispano se rinde ante el poder de Domiciano, a quien dedica el panegírico “Roma nunca antes ha respirado más pleno pulmón que ahora, bajo el pie de nuestro amado soberano”, en el que sorprende el halago a un emperador tan despiadado.

La traducción al polaco del Poema de mio Cid de Anna Ludwika Czerny (1970) le sirve a Szymborska para divulgar el primer cantar épico español (alrededor del año 1200) del que enumera algunas de sus características más representativas: el realismo (“fue escrita por un Balzac medieval”) frente al idealismo de la Chanson de Rolland; idealización musulmana en el Cid; la sencillez; el encanto y la ingenua concreción, así como también su visión mercantilista ante la guerra, que “es para él, ante todo, una empresa financiera”, pues “la cabeza del caballero, hasta que alguien se la cortaba, estaba siempre llena de cálculos”.

La eternidad de Cervantes

“El número de obras escritas por Cervantes no es tan desalentador como en el caso de Lope de Vega. Tampoco fueron apreciadas de la misma forma a través de las diferentes épocas”, afirma Szymborska. El retablo de las maravillas y la primera parte del Quijote, añade, fueron escritos en la cárcel por Miguel de Cervantes. Autobiografía e investigaciones sobre su condición de cristiano viejo son algunos de los elementos incorporados en este sucinto estudio. Con la memorable frase “Pobre Cervantes. No consiguió en su vida nada más que eternidad” concluye la reseña.

Portada de Correo literario. Nórdica

La figura de Cervantes es la más traída y llevada por Szymborska. En Władysław Kopałiński. Relatos de objetos cotidianos. Una pregunta sin respuesta (1994) la escritora polaca cuestiona, con tono irónico, cómo se escribían todas esas grandes obras con evidentes limitaciones. Es un ensayo ocurrente, cargado de alusiones bibliográficas e interpelaciones al lector (“Pensemos en El Quijote, escrito sin una sola cucharada de café, ni siquiera de chicoria”), preguntándose cómo pudieron crear sus grandes obras nuestros más insignes autores (Platón, Teócrito, Horacio, Tácito, Tucídides, Aristóteles, Virgilio, Dante…) en épocas pretéritas y tiempos cambiantes, en los que no se conocían el café ni el té, que sirvieran de alivio y acicate:

¿Con qué se activaba Platón cuando se despertaba medio atontado por las mañanas? ¿Qué hacían los miembros de la ekklesía cuando la presión atmosférica se hacía insoportable? ¿Cómo se las arreglaban los hipotensos, entre los que probablemente se contaban Teócrito, Horacio o Tácito? ¿Qué bebían para avivar el desfallecimiento de la vena creadora?

Por su parte, Correo literario o cómo llegar a ser (o no llegar a ser) escritor recoge las mejores respuestas de la premio Nobel a aquellos escritores que pretendían debutar. En respuesta a un atento lector, acude nuevamente al Quijote para apoyar su teoría amorosa:

No ha existido en la literatura un amor tan grande que haya podido prescindir del trasfondo social y de otras cuestiones por el estilo. Nos sentimos capaces de rellenar la ficha personal de Tristán e Isolda, Karénina y Vronski, Castorp y la señora Chauchat, don Quijote y Dulcinea, Romeo y Julieta. Los corresponsales de nuestro “Correo” tienden a considerar el amor como un fenómeno “en sí mismo”. Creen que basta con ponerles nombres a ambos protagonistas y situarlos en una habitación con una cama y que con eso ya se tiene todo lo necesario para analizar ese popular sentimiento. Y son precisamente esos relatos los que marcan los límites de nuestra paciencia.

El espíritu de convivencia entre cristianos y moriscos informa Los verdaderos amores del Abencerraje y la hermosa Xarifa, más conocida por El Abencerraje, posiblemente de Gutierre Cetina y escrita alrededor de 1550, precedente de la novela europea de caballerías en la baja Edad Media. Szymborska, en un ceñido comentario, muestra un interesante estudio de literatura comparada al enlazar la poesía amorosa árabe y el código cortés caballeresco: “el vencedor renuncia al rescate en nombre de la amistad, y se convierte en un ejemplo de magnanimidad y en un defensor de la coexistencia”.

Conclusiones

Por otra parte, en su poesía (existencialista, social y con componentes culturalistas), Szymborska se acerca a las realidades cotidianas dirigiéndose a un lector amigo: “Nada dos veces” de su primer libro, Llamada al Yeti (1957):

Nada sucede dos veces

y es lo que determina

que nazcamos sin destreza

y muramos sin rutina.

(…) Ningún día se repite,

ni dos noches son iguales

ni dos besos parecidos

ni dos citas similares.

En estos últimos años, Wisława Szymborska ha llegado a ser, entre los autores polacos, la “más presente en el mercado editorial en lengua española”, afirman sus traductores.

Want to write?

Write an article and join a growing community of more than 182,500 academics and researchers from 4,943 institutions.

Register now