Según los últimos estudios, su microbiota podría actuar a su favor o en su contra, bien provocando anemia, bien acudiendo al rescate cuando ya se ha desarrollado la enfermedad.
La obesidad y la diabetes mellitus tipo 2 han aumentado en paralelo en los últimos años. Ambas se asocian a una dieta desequilibrada acompañada de sedentarismo. Y la relación entre ambas es tan estrecha que se ha acuñado el término “diabesidad”.
Que consumir abundantes frutas y verduras, frutos secos y aceite de oliva tenga tantos beneficios sobre la salud humana se lo debemos fundamentalmente a los polifenoles.
Que nos receten probióticos en caso de diarrea, para combatir el estreñimiento o para contrarrestar el daño que produce un tratamiento con antibióticos sobre la flora intestinal es muy común. Pero sirven para mucho más, entre otras cosas para ponerle freno a la obesidad.
La mayoría de los problemas digestivos suelen estar relacionados con alteraciones en la digestión de los alimentos. Sin embargo, son trastornos fáciles de evitar si seguimos algunos consejos.
La fibra ha gozado de popularidad para combatir el estreñimiento gracias a sus propiedades laxantes. Sin embargo, algunos tipos de fibra también podrían luchar contra la diarrea.
En un beso apasionado de 10 segundos nos podemos transferir 80 millones de bacterias. No hay que alarmarse, la mayoría son beneficiosas, y la higiene es fundamental para evitar las perjudiciales.
Por asombroso que resulte, la elevada riqueza de nuestra flora intestinal se asocia a niveles bajos de soledad, a mayor sabiduría y a una tendencia acentuada a aprovechar el apoyo social disponible.
Hasta hace poco, se asumía que el útero humano era un medio estéril pero ahora se han identificado más de 5.300 microorganismos distintos (virus, bacterias y hongos, entre otros) que habitan en el.
En un futuro, dispondremos de un catálogo de microorganismos preparados para eliminar bacterias patógenas, reducir la inflamación o mejorar nuestro estado de ánimo, que activaremos o desactivaremos a nuestro antojo. Ha llegado la hora de hacer ingeniería, con nuestra microbiota.
Iñaki Milton Laskibar, Universidad del País Vasco / Euskal Herriko Unibertsitatea et María Puy Portillo, Universidad del País Vasco / Euskal Herriko Unibertsitatea
Es frecuente que los afectados por covid-19 (y los vacunados) presenten problemas gastrointestinales. Los expertos lo atribuyen a una comunicación cruzada entre la microbiota intestinal y la pulmonar.
El estudio de las bacterias que habitan en nuestro intestino se ha vuelto cada vez más popular. Estas también comparten su espacio con hongos que, aunque son pocos, desempeñan tareas extraordinarias.
Los carbohidratos son nuestra fuente principal de energía y no hay que tener miedo a incluirlos en la dieta. Sin embargo, es importante identificar los más saludables para nuestro organismo.
El destete de los lechones constituye una etapa crítica en la producción porcina. Encontrar componentes bioactivos en la leche de la cerda podría servir como suplemento en la dieta de los lechones.
El hígado graso se convertirá en la principal causa de trasplante hepático en las próximas décadas, superando claramente a las infecciones víricas o al alcoholismo. Aunque podríamos reducir su incidencia modulando la microbiota intestinal.
En los enfermos de párkinson, a veces los temblores y la rigidez van precedidos de síntomas gastrointestinales, como el estreñimiento. La causa podría ser la alteración de la microbiota intestinal.
La enfermedad de Crohn es una afección inflamatoria crónica con manifestaciones intermitentes. Con motivo de su Día Mundial, repasamos las dietas con más evidencia científica para paliar los síntomas.
La extendida idea de que necesitamos suplementos de proteínas queda en entredicho. ¿Es realmente útil? ¿Qué cantidad deberíamos ingerir? ¿Aumentarán así nuestros músculos? Depende de muchos factores.
Profesor en la Universidad del País Vasco. Investigador del grupo Nutrición y Obesidad del Centro de Investigación Biomédica en Red de la Fisiopatología de la Obesidad y Nutrición (CiberObn) y del Instituto de Investigación Sanitaria Bioaraba, Universidad del País Vasco / Euskal Herriko Unibertsitatea
Catedrática de Nutrición. Centro de Investigación Biomédica en Red de la Fisiopatología de la Obesidad y Nutrición (CIBERobn), Universidad del País Vasco / Euskal Herriko Unibertsitatea
Investigadora predoctoral del Grupo Nutrición y Obesidad del Centro de Investigación Biomédica en Red de la Fisiopatología de la Obesidad y Nutrición (CiberObn), Universidad del País Vasco / Euskal Herriko Unibertsitatea
Profesora Contratada Doctor del Área de Histología de la Facultad de Medicina. Investigadora del Grupo CTS429 Biología e Histología Médicas, del CIBER en Enfermedades Neurodegenerativas (CIBERNED) y del IBIMA, Universidad de Málaga
Estudiante Predoctoral Depto. de Bioquímica y Biología Molecular B e Inmunología. Nutricionista en el grupo de Obesidad y Metabolismo en el IMIB, Universidad de Murcia