Cafeína, ginseng, omega-3, ayahuasca, LSD, mescalina… Son muchos los estimulantes que usamos para mejorar el rendimiento físico o mental en el trabajo, cumplir horarios exigentes o salir airosos de un examen. Pero ¿a qué precio?
El uso continuado del móvil y el ordenador y el cambio frecuente de tarea y contenido hacen que nuestra atención la dirijan las emociones en lugar de nuestra voluntad.
No se sabe muy bien de dónde salió este falso mito, uno de los más persistentes de la neurociencia. En realidad, lo utilizamos al 100%, aunque desconozcamos en buena medida cómo.
Estudiar siempre fue tarea exigente, pero en nuestra época se ha convertido en una proeza casi imposible para los adolescentes rodeados de estímulos. Proponemos algunos trucos eficaces.
El desayuno tiene efectos saludables en general, entre otras cosas porque ayuda a prevenir la ganancia de peso a largo plazo, tanto en niños como en adultos. Ahora bien, desayunar no siempre mejora la atención, memoria y rendimiento cognitivo. ¿De qué depende?
Las pruebas de acceso a la universidad están a punto de volver en su segundo año en pandemia. Los estudiantes han tenido un año duro con medidas sanitarias como la semipresencialidad que no les han puesto las cosas fáciles. Ofrecemos algunas claves para facilitar el estudio y calmar los nervios en estos días.
Personal docente investigador. Líder del proyecto STap2Go: plataforma de cribado e intervención de atención y funciones ejecutivas, Universidad Nebrija