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Una sociedad alfabetizada físicamente es más sana, y necesitamos aprender desde el colegio

¿Ha oído alguna vez el término “alfabetización digital”? Se trata de un concepto relacionado con la necesidad de enseñar a las personas a desenvolverse con las herramientas digitales para evitar que queden fuera de nuestra sociedad. El concepto de “alfabetización física o motriz” es todavía menos conocido, pero igualmente importante. Hace referencia a un viaje progresivo en el que las diferentes facetas de la actividad física (competencia física, comportamiento diario, conocimiento y comprensión, motivación y confianza) interactúan de manera integral para facilitar una vida de participación y disfrute del ejercicio.

Ya no es solo importante que existan las oportunidades de práctica de actividad física adaptadas a las preferencias y necesidades de cada grupo de edad, sino también que las personas se sientan capaces, tengan conocimiento y se puedan comprometer con la práctica de actividad física que les motive a mantener un buen estado de salud.

Si nos centramos en la población infantil y juvenil, la sociedad actual es consciente de los efectos beneficiosos que la actividad física tiene sobre niños y jóvenes. Entre estos efectos, la Organización Mundial de la Salud destaca:

  1. Desarrollar un aparato locomotor y un sistema cardiovascular sanos.

  2. Aprender a controlar el sistema neuromuscular (coordinación y control de los movimientos).

  3. Mantener un peso corporal saludable.

Además, puede producir efectos psicológicos beneficiosos gracias a un mejor control de la ansiedad y la depresión.

Por último, también puede contribuir al desarrollo social, fomentar la autoconfianza, la interacción social y la integración.

Según numerosos estudios, la importancia de la alfabetización física radica en que los menores físicamente alfabetizados pueden moverse con habilidad y confianza en una amplia variedad de situaciones físicamente desafiantes. Pueden leer el entorno físico, anticipar posibles necesidades de movimiento y responder de manera inteligente e imaginativa ante las dificultades que se le plantean.

En contraposición, los menores que aún no ha desarrollado un alto nivel de alfabetización física tratarán de evitar la actividad física siempre que sea posible, tendrán una confianza mínima en su capacidad física y no estarán motivados para participar en una actividad física estructurada.

La evidencia científica nos dice que la evaluación y desarrollo de la alfabetización física podría ayudar a explicar por qué los menores participan o no en la actividad física, tratando de comprender cómo influye la actividad física en ellos. El objetivo es poder ayudarles a llevar una vida más activa y, a medio y largo plazo, más saludable.

De este modo, tener un buen nivel de alfabetización física se ha visto como un factor importante para mantener un óptimo nivel de salud, lo que está respaldado por numerosos resultados científicos que relacionan una buena alfabetización física con un mejor bienestar físico y psicosocial, una adecuada composición corporal o un buen nivel de aptitud física, presión arterial y calidad de vida relacionada con una vida saludable.

Una gran olvidada de los planes de estudios

A nivel educativo, la legislación por la que se establecen las enseñanzas mínimas de la Educación Primaria y Secundaria Obligatoria no incluye la alfabetización motriz o física, aunque sí habla de la alfabetización cívica, alfabetización científica o alfabetización digital.

En otras palabras: actualmente no existe referencia alguna a la alfabetización física en los planes de estudios de la asignatura de educación física, ni en ningún documento curricular.

Sin embargo, el papel de la educación física en la alfabetización física es fundamental, ya que es un contexto ideal para llevar a cabo programas de educación física inclusiva, el desarrollo de las habilidades motora y cognitiva, la promoción de estilos de vida saludables, de la autoestima y la confianza, así como el fomento del trabajo en equipo, cooperación y de la propia actividad física.

Junto con otras muchas materias incluidas en el currículo educativo puede llevarse a cabo un enfoque multidisciplinar que permita integrar conceptos relacionados con la alfabetización física, jugando conjuntamente un importante papel.

Además, a través del contexto escolar se puede transferir este concepto y su aplicación a las familias para que puedan ayudar a los más jóvenes en el proceso de alfabetización física, tratando así de fortalecer la importancia de un estilo de vida saludable en el hogar y en la comunidad.

En definitiva, una sociedad alfabetizada tiene más garantías de tener una adecuada comunicación y convivencia.

Entendemos que una sociedad alfabetizada físicamente puede facilitar la forma en la que se practica la actividad física y transmitir los beneficios entre iguales con el fin de llegar a tener una población más activa y saludable.

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