La frase tan repetida por los medios de comunicación de que informar sobre un suicidio aumenta el efecto imitación no es del todo real. Lo importante es cómo hablar de ese suicidio y no dar detalles escabrosos, especialmente cuando se habla de personas famosas. El tema es delicado, pero se puede informar sobre él teniendo en cuenta una serie de reglas.
Atender las necesidades sociales, psicológicas y espirituales de las personas es un elemento clave para la disminución del sufrimiento en el marco de los cuidados paliativos.
La muerte perinatal puede tener consecuencias físicas y psicológicas en la vida de la familia que sufre la pérdida, especialmente en la madre. Por ello, es importante sensibilizar a los profesionales sanitarios y a la sociedad en general, de cara a facilitar el duelo.
‘Soul’, la última película de Pixar, rompe barreras. Su acercamiento a la sombra jungiana es abierto y reparador. El cine puede ayudar a visibilizar las emociones como un factor social.
Enviudar siempre es doloroso para quien lo vive, pero tal vez más en estos tiempos. Las mujeres suelen ser las más perjudicadas, no solo emocionalmente, también económicamente. Además, una viudedad puede agravar el estado de salud de quien la sufre y llevarle incluso a la muerte.
Actualmente, gracias a la inteligencia artificial y la huella digital de una persona que ha fallecido, es posible recrear conversaciones con quienes ya no están. Sin embargo, esto podría suponer riesgos para aquellos que están sufriendo el duelo.
En algún momento de sus vidas, el 20% de los individuos europeos han tenido deseos de muerte, el 9% alguna idea suicida, un 2% ha elaborado un plan para intentar suicidarse y el 3% lo ha intentado.
La actual pandemia por la COVID-19 nos hace estar en continuo contacto con el duelo. No solo por la pérdida de seres queridos sino también por el duelo de no ver a familiares y amigos.
Una de las mayores flaquezas del sistema educativo es la omisión de la conciencia de muerte y de finitud en las aulas. Este es un buen momento para abordar esta cuestión.
Rebeca Pardo, Universitat Internacional de Catalunya
¿Quién decide qué imágenes sobre la enfermedad y la muerte son apropiadas o pertinentes? ¿Es correcto relacionar una crisis sanitaria con una guerra y exponerla gráficamente como tal? No es sencilla la representación visual de estos temas, pero invisibilizarlos puede ser problemático para la narrativa y la memoria.
Los sacrificios altruistas extremos siempre han atraído a los científicos, especialmente cuando se trata de morir por algo o por alguien. Parece que cuanta más afinidad genética tengamos con una persona, más dispuestos estaríamos a dar la vida por ella.
Esta semana, un hombre ha ayudado a su esposa, enferma terminal, a acabar con su vida. Este caso ha reactivado la causa de la eutanasia. El autor defiende la derogación de este delito.
La cuestión de matarse a uno mismo no siempre es tan “voluntaria” como parece. Buenas campañas de prevención lograrían evitar muchos fallecimientos por esta causa.
El respeto y la solidaridad hacia una decisión individual del ser humano debería estar por encima de decisiones políticas. La eutanasia en España está penada. El debate está hoy en el Parlamento.
Cada vez hay más avances científicos que acercan a la realidad la promesa de inmortalidad. Pero conviene valorar el precio de ese deseo eterno del hombre. Ganar la eternidad es perder la humanidad.
Profesora del Grado en Fotografía. Investigadora sobre cultura visual, humanidades médicas y Autorreferencialidad., UNIR - Universidad Internacional de La Rioja