Un primer ministro muy debilitado y un partido dividido o en estado de rebeldía no parecen un buen caldo de cultivo para lograr una quinta victoria electoral en 2024.
Incluso si el nuevo acuerdo se rechazara, todo apunta a que Londres tendría que resignarse a solicitar una tercera prórroga del ‘brexit’ más allá del 1 de noviembre.
Las elecciones europeas celebradas en el Reino Unido ejemplifican ese aparente divorcio que a veces se produce entre las decisiones que se toman en Bruselas y lo que la ciudadanía espera.
Theresa May, que fue respetada por sus homólogos europeos, lleva tiempo actuando de manera imprudente y temeraria. Aun siendo conocedora de que incluso cumpliendo su misión la contienda está perdida.
La mayor parte de las opciones para desatascar el Brexit pasan necesariamente por la solicitud de una prórroga justificada a Bruselas que no podría extenderse mucho ante la inminencia de las elecciones al Parlamento Europeo.
El Brexit comienza a parecerse a una historia interminable. Un país al que tanto le costó integrarse y que tanto le está costando salir de la Unión Europea. Mentiras, política… ¿Qué le pasa a Reino Unido?