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Cuando a los investigadores les dan gato por liebre: el caso de las revistas secuestradas

Las revistas depredadoras son una de las prácticas ilícitas más conocidas en el sistema de publicaciones científicas, pero no son la única. Existe una modalidad de fraude más sofisticada y peligrosa: las revistas secuestradas (del inglés, hijacked journals).

Se trata de sitios web fraudulentos que clonan revistas legítimas haciéndose pasar por ellas, intentando engañar así a investigadores desprevenidos que, a cambio de dinero, creen conseguir una publicación fácil y rápida en una revista de prestigio. En realidad, están publicando su trabajo en un simple portal web. Les han dado gato por liebre.

Todo empezó en 2011, cuando un ciberdelincuente inscribió un dominio caducado (sciencerecord.com) para alojar indebidamente siete revistas fraudulentas y tres revistas secuestradas. Desde entonces, el aumento de esta práctica no ha dejado de suscitar preocupación. A dicho registro le siguieron otros muchos que, si bien fueron casos aislados, no tardaron en abrir la caja de Pandora.

En 2014 se publicó una lista de revistas secuestradas con 19. Tan solo un año después dicho número alcanzaba las 90.

Actualmente, gracias al trabajo de algunos investigadores que pretenden arrojar luz sobre este fenómeno, las revistas clonadas identificadas superan ya las 200. La cifra real seguramente sea mucho mayor, pero la naturaleza de estas publicaciones –que se crean y desaparecen en cuestión de pocos meses– dificulta su identificación.

¿Cómo identificar una revista secuestrada?

Las revistas depredadoras violan los derechos intelectuales de las revistas legítimas y compromete la transferencia de conocimiento. Por ello, es importante conocer los rasgos que las definen y las estrategias que utilizan para engañar a los investigadores.

Estos son algunos de ellos:

  • Se apropian de la identidad de revistas legítimas copiando literalmente sus títulos e ISSN, e incluso registrando dominios caducados de revistas de renombre.

  • Pueden aprovecharse de revistas legítimas que se publican en formato impreso para ofrecer la versión digital falsa de las mismas.

  • Reciclan artículos idénticos para crear un archivo ficticio en la revista secuestrada y captar así la atención de potenciales autores.

  • No realizan revisión por pares.

  • Usan como coartada el perfil de editores e investigadores famosos en el campo de especialidad de la revista y los incluyen en sus consejos editoriales sin su conocimiento ni consentimiento.

  • Proporcionan factores de impacto falsos.

  • Consiguen indexar contenido adulterado en bases de datos internacionales como Scopus y Web of Science.

Recomendaciones para evitar que nos engañen

Identificar una revista secuestrada puede convertirse en una ardua labor. Por eso es importante atender a las recomendaciones de los expertos antes de enviar un manuscrito. A continuación, se listan algunas de ellas:

  1. Comprobar si la dirección web de la revista coincide con la reseñada en bases de datos confiables, índices bibliográficos o directorios reconocidos. Asimismo, y en paralelo, consultar la página de WHOIS, mediante la cual se verifica el registro y la disponibilidad de un dominio.

  2. Descargar y evaluar otros artículos publicados en la revista. El investigador apreciará su baja calidad al no haber sido sometidos a una revisión por pares.

  3. Conocer las políticas de las revistas respecto a los procesos de evaluación y edición, las tarifas de publicación, la custodia de los archivos y los derechos de autor.

Por último, cabe señalar que publicar en estas revistas ilícitas, cuyas páginas web desaparecen de un día para otro, trae consecuencias desagradables para el investigador (descrédito de su imagen, pérdida de su producción científica, perjuicios en convocatorias de promoción profesional y académica, estafa monetaria).

También supone un agravio para las revistas legítimas a las cuales las publicaciones que las suplantan desprestigian, poniendo en peligro la confianza de los lectores sobre aquello que consumen.

Es importante, pues, que las universidades, los centros de investigación y la comunidad académica tomen las medidas necesarias para evitar estas estafas, den a conocer estos negocios fraudulentos y activen los protocolos de actuación pertinentes para proteger y salvaguardar el conocimiento científico y el trabajo de los investigadores.


Este artículo forma parte del Proyecto de Innovación Docente, núm. de referencia PID222452, financiado por el IRIE de la Universitat de les Illes Balears, y del proyecto “Congresos, revistas y editoriales depredadoras: diseño de un programa formativo dirigido al alumnado de postgrado”, financiado por la Universidad Internacional de Valencia (VIU). También forma parte de las acciones de la Red Iberoamericana de Investigación en Integridad Académica (Red-IA).


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