Menu Close

El marketing de las leches de fórmula, un desafío para la salud pública

¿Ha visto alguna vez un anuncio que afirme que cierta leche de fórmula hará que nuestros hijos sean más inteligentes o mejorará su sistema inmune? Estas afirmaciones, que en muchos casos no están respaldadas por la ciencia, son estrategias de marketing comunes utilizadas por la industria de las leches de fórmula, que añade ingredientes y utiliza mensajes engañosos para llegar a la población, especialmente a los padres.

Lactancia materna: ¿qué hay detrás de su falta de promoción?

Está ampliamente demostrado que la lactancia materna –siempre que ésta sea posible– contribuye a mejorar y proteger la salud, la supervivencia y el desarrollo de los niños. A pesar de sus beneficios y de las iniciativas llevadas a cabo para promoverla, la prevalencia de la lactancia materna exclusiva –que la leche materna sea el único alimento recibido durante los primeros seis meses de vida– aún se encuentra por debajo de los objetivos planteados. A nivel mundial, en 2020 la prevalencia de lactancia materna exclusiva alcanzó el 44 %, muy lejos del objetivo establecido de llegar al 70 % para el año 2030.

¿Por qué cuesta tanto que se extienda la lactancia materna? Se han identificado diferentes motivos, entre ellos la falta de conciliación en el trabajo o no contar con suficiente apoyo sociosanitario. A lo que se suma la influencia de la creciente y masiva utilización de sucedáneos de la leche materna, dentro de los que encontramos las comúnmente llamadas leches de fórmula.

Las leches de fórmula “mejoradas”: marketing e interferencia de la industria en investigación

El problema radica no solo en la exposición repetida a los anuncios de sucedáneos de la leche materna, sino también en cómo la industria amplía su cartera de productos a través de la adición de ingredientes y el uso de mensajes conocidos como marketing claims o nutritional claims. Algunos de ellos llegan a afirmar que el producto “acompaña la salud digestiva” o “fomenta el desarrollo cognitivo”.

De este modo, estas fórmulas “mejoradas”, llamadas fórmulas fortificadas o enriquecidas, hacen creer a los padres que los beneficios adicionales declarados por la industria están respaldados por evidencia científica sólida. Pero la realidad es que no lo están en la mayoría de los casos . Incluso cuando existen investigaciones sobre el tema, es necesario cuestionarse la rigurosidad de las mismas y determinar si la industria está detrás de ellas, aunque no siempre lo manifiesten abiertamente.

La importancia de declarar conflictos de intereses

La potencial interferencia de la industria en los estudios científicos se evalúa principalmente identificando la existencia de conflictos de intereses de los autores de dichos estudios. Los conflictos de intereses son definidos por la Organización Mundial de la Salud como aquellos que tienen el potencial de influir en el juicio o acción a través de los beneficios monetarios o materiales que se le confieren al investigador.

En este sentido, la declaración de conflictos de intereses es una parte imprescindible de cualquier estudio científico, ya que permite a los lectores disponer de toda la información necesaria para evaluar críticamente los resultados y conclusiones.

Financiación sospechosa o relación laboral

Las autoras de este artículo nos propusimos analizar críticamente los ensayos clínicos llevados a cabo sobre leches de fórmula fortificadas. Este trabajo, que se encuentra actualmente en proceso de publicación, incluye el análisis de 40 ensayos clínicos publicados hasta 2023.

Principalmente, encontramos dos aspectos preocupantes en dichos estudios. En primer lugar, en la gran mayoría se identifica una potencial interferencia de la industria, bien mediante financiación o donación de las fórmulas o porque los autores están afiliados o son empleados de estas industrias. Es importante destacar que los estudios que presentan conflictos de intereses con la industria son más propensos a presentar resultados y conclusiones que favorecen a la misma.

En segundo lugar, estos estudios, por norma general, tienen una baja calidad metodológica y errores básicos. Se destacan la falta de información sobre el tipo de análisis realizado y no contar con los datos de todos los participantes pudiendo lo mismo haber afectado el resultado. Además, en la comunicación de los resultados se omite información, lo que nos hace sospechar que no interesa reportar ciertos resultados que vayan en contra de los esperados por la industria.

La lactancia materna se estanca y el mercado de las leches de fórmula se duplica

En la actualidad, la potencial interferencia de la industria y la baja calidad de los estudios sobre leche de fórmula son temas preocupantes para la comunidad científica. Recientemente, revistas como The Lancet o el British Medical Journal han publicado editoriales y artículos posicionándose sobre la temática. Incluso, en 2019, el British Medical Journal anunció que dejaría de recibir financiación de la industria de los sucedáneos de la leche materna.

Por todo lo anterior, se hace imprescindible cuestionar la validez de las conclusiones de los estudios científicos que respaldan la venta y los supuestos beneficios de las leches de fórmula. La falta de rigurosidad en la realización de estos estudios, así como su financiación y los conflictos de intereses con la industria, son aspectos que deben ser considerados en la evaluación crítica de los resultados. No podemos ignorar el hecho de que los indicadores de lactancia materna no han mejorado como se esperaba y aún se encuentran alejados de los objetivos propuestos. En cambio, el mercado de las leches de fórmula se ha duplicado en los últimos 20 años, incluso durante la crisis económica de 2008-2009.

Es hora de que la salud tenga prioridad sobre los intereses comerciales.


Artículo escrito con el asesoramiento de la Sociedad Española de Epidemiología.


Want to write?

Write an article and join a growing community of more than 190,900 academics and researchers from 5,056 institutions.

Register now