El interés por lo místico no tiene tanto que ver con la religión como con la búsqueda personal del bienestar. Esa búsqueda en forma de peregrinajes, retiros espirituales, meditación, yoga… Y es un negocio que mueve millones.
La religión es inherente a la condición humana y sus símbolos son extraordinariamente poderosos. Aporta bienestar, pero también puede convertirse en un instrumento de poder y acarrear trastornos psicopatológicos, sobre todo cuando las creencias se experimentan de manera inflexible.
Todas las culturas tienen seres mágicos que nos alegran las fiestas navideñas con su presencia y con sus regalos. Creer en ellos hasta cumplir al menos los 8 años aumenta nuestra felicidad al llegar a la vida adulta.
La “electrónica espiritual” de Rigoberta Bandini contiene elementos poéticos y líricos y un contenido que se dirige hacia la reflexión e incluso la espiritualidad mística.
Atender las necesidades sociales, psicológicas y espirituales de las personas es un elemento clave para la disminución del sufrimiento en el marco de los cuidados paliativos.
Se reúnen a bailar en comunión con su Dj favorito. Algunos consumen drogas, aunque esa tendencia va disminuyendo con la edad. Los ‘ravers’ (seguidores de fiestas clandestinas con música electrónica) se han convertido en una comunidad muy parecida a la de los peregrinos.
Originalmente una palabra sánscrita, namaste significa “me inclino ante ti.” Es un reconocimiento de nuestra humanidad compartida, y se hace sin tocar – exactamente lo que necesitamos ahora.
Profesor e investigador de la Sección de Genética Biomédica, Evolutiva y del Desarrollo. Director de la Cátedra de Neuroeducación UB-EDU1st, Universitat de Barcelona
Dra. en Psicología aplicada al ámbito Clínico y de la Salud. Directora del Centro de Psicología RNCR y PDI en la Universidad Internacional de Valencia, Universidad Internacional de Valencia