Estos enormes bloques de hielo se nombran para informar a científicos y navegantes. Aunque existen cientos, el cambio climático podría hacer que su número aumente.
El deshielo del Ártico está abriendo las puertas a la explotación de los recursos en la región. Un nuevo proyecto dibuja las directrices para que este aumento de la actividad humana no perjudique al medio ambiente ni a los pueblos indígenas.
Un equipo de investigación ha reconstruido un tsunami que asoló las costas árticas hace unos 200 000 años. El cambio climático aumenta las posibilidades de que vuelvan a repetirse estos sucesos catastróficos.
La interacción con el hongo baja la temperatura a la que el alga se congela y reduce los efectos negativos de la congelación en su metabolismo. Pero, ¿qué pasaría si cambia la temperatura?
En el futuro, los patrones de producción, distribución y consumo serán cada vez más sostenibles. Todo apunta a ello, pese a los grandes retos que hay que enfrentar aún y los desiguales ritmos de cambio entre los países.
El Ártico ha sido un lugar remoto durante gran parte de su historia. Pero el cambio climático está trayendo problemas y oportunidades globales a su puerta.
Los incendios árticos invernales, que arden bajo tierra durante los periodos de bajas temperaturas, pueden favorecer una nueva oleada de megaincendios este verano.
El Ártico es particularmente sensible a los cambios en el clima, la forma en que reacciona es compleja y ejerce un impacto importante sobre el resto del planeta.
El cambio en el albedo debido al deshielo del Ártico provoca una retroalimentación positiva del cambio climático, ya que potencia el calentamiento mediante la amplificación polar.
Dpto. Estructura Económica y Economía del Desarrollo. Coordinadora del Grupo de Estudio de las Transformaciones de la Economía Mundial (GETEM), Universidad Autónoma de Madrid