El incremento notable de la incidencia de esta enfermedad altamente contagiosa advierte de que nos hallamos en una nueva onda epidémica. La mejor respuesta es la vacunación, que evita los casos graves.
Existen pocas investigaciones acerca del impacto de los conflictos bélicos sobre enfermedades crónicas no transmisibles como el cáncer, la diabetes, las enfermedades cardiovasculares, la enfermedad renal y la salud mental.
Estamos justo en el momento del incremento de la curva de infecciones de gripe, que este año ha coincidido con la Navidad y el aumento de los contactos sociales. El Ministerio de Sanidad acaba de establecer como obligatorio el uso de mascarillas en hospitales y centros de salud.
Es cierto que se está registrando un repunte de la enfermedad, pero no parece afectar a la gravedad de los casos. El cambio de costumbres durante el verano y la relajación de las medidas preventivas explicarían este incremento.
La OMS lo ha dejado claro: habrá nuevas pandemias en el futuro frente a las que la comunidad internacional deberá demostrar su capacidad para responder de manera efectiva. ¿Qué hace falta para prepararnos?
En 2022, la covid-19 ha seguido impactado fuertemente en la vigilancia de todas las enfermedades, transmisibles o no. Incluso los programas preventivos, como los de cribado para la detección precoz del cáncer, se han visto afectados.
Es fundamental una mayor profesionalización de la investigación en enfermería, con personas con un nivel de formación y desarrollo académico elevado, para realizar estudios de calidad y alto impacto.
La lactancia materna es la forma natural de alimentación desde el nacimiento, además de una de las maneras más eficaces de reducir las desigualdades en el ámbito de la salud. Sin embargo, no todas las mujeres que deciden amamantar lo consiguen. ¿Por qué?