Menu Close
Foto oficial del secretario general de la OTAN y los jefes de Estado y de Gobierno durante la cumbre en Vilnius (Lituania).
Foto oficial del secretario general de la OTAN y los jefes de Estado y de Gobierno durante la cumbre en Vilnius (Lituania). OTAN / Flickr, CC BY-NC-ND

La cumbre de Vilnius: estos son los cinco asuntos candentes que ha tratado la OTAN

La dinámica de la Alianza es que tras una cumbre transcendental como fue la de Madrid, viene una de transición como es la de Vilnius, a la espera de otra que será de gran importancia, como la que se va a celebrar en Washington el año que viene coincidiendo con el 75 aniversario de la alianza.

Sin embargo, a pesar de ser una cumbre de transición, la cumbre de Vilnius tiene una serie de elementos que deben ser destacados para comprender la evolución de la OTAN. Veamos que puntos son los más importantes:

1. El simbolismo de Lituania

Al igual que Estonia y Letonia, Lituania representa la resistencia al yugo ruso-soviético. Los estados bálticos fueron invadidos por la URSS en los años 40 y esta adhesión ilegal nunca fue reconocida por los Estados Unidos.

Vilnius, la capital de Lituania, es una ciudad que se encuentra a 90 kilómetros de Bielorrusia y a 150 de Kaliningrado, un enclave militarizado donde Rusia acumula armas nucleares y una parte importante de su sistema de denegación de acceso. Por ello, se ha incrementado exponencialmente la vigilancia de Lituania durante la cumbre. Para ello se han desplegado de forma excepcional tres baterías Patriots procedentes de Alemania y un número indeterminado de cazas que vigilarán los cielos de Lituania durante la cumbre.

2. Compromiso con el este de Europa

Si bien es cierto que desde el 2014 la OTAN está reforzando la protección de su flanco este, es decir, aquellos estados con frontera con Rusia o Bielorrusia, desde la cumbre de Madrid este compromiso es especialmente importante.

La creación de la NATO Force Model en Madrid permite a la alianza contar con 300 000 soldados de alta disponibilidad.

Además, estados como Lituania, Rumanía o Eslovaquia van a recibir las nuevas brigadas para disuadir a Rusia de acometer aventuras como la ucraniana. En este sentido, España, un país que se ha caracterizado por cumplir firmemente con los estándares de la OTAN, aspira a liderar una de estas brigadas.

3. Compromiso del gasto de defensa

Si tuviéramos que destacar una debilidad de la alianza, esta sería, sin lugar a dudas, el compromiso de los aliados con el gasto militar. Durante décadas, la alianza ha sufrido una asimetría entre el gasto de defensa de los Estados Unidos y el de sus aliados en Europa. Desde la cumbre de Washington en 1999, la OTAN ha tratado de arrancar un compromiso de gasto a los europeos que evite que Estados Unidos sea quien sostenga militar y económicamente la OTAN.

En su momento se habló del 3 % del PIB como condicionante para ser admitido, pero esto quedó en agua de borrajas al ser una cifra a la que no llegaba el 90 % de los miembros.

En 2014, en Gales, se planteó el objetivo del 2 % como cifra mínima que los aliados debían cumplir. A día de hoy, solo 11 de los 31 miembros cumplen con este requisito.

Este hecho no solo es grave porque a penas llega al 30 % de los miembros, sino porque con la excepción de EE. UU. y de Reino Unido, los que cumplen (Polonia, Grecia, Estonia, Lituania, Finlandia, Rumanía, Hungría, Letonia y Eslovaquia) no son ni de lejos los países más ricos.

4. Nuevos miembros

La cumbre de Madrid pasará a la historia por muchas cosas, entre ellas por ser la que logró que la neutralidad de Suecia y Finlandia se convirtiera en atlantismo.

Finlandia ya es miembro de la OTAN, tras recorrer un camino complicado tanto a nivel interno como a nivel regional, ya que Turquía y Hungría vetaban su incorporación a la alianza. El caso de Suecia ha sido más complejo, ya que Erdogan ha presionado mucho para evitar que el país escandinavo se convirtiera en el estado número 32 de la OTAN.

De izquierda a derecha: el ministro de Asuntos Exteriores de Suecia, Tobias Billström; la ministra de Asuntos Exteriores de Finlandia, Elina Valtonen; el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, y el ministro de Asuntos Exteriores de Turquía, Haka
De izquierda a derecha: el ministro de Asuntos Exteriores de Suecia, Tobias Billström; la ministra de Asuntos Exteriores de Finlandia, Elina Valtonen; el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, y el ministro de Asuntos Exteriores de Turquía, Hakan Fidan. OTAN / Flickr, CC BY-NC-ND

De cara al futuro, la OTAN tiene a tres estados en el punto de mira: Bosnia, Georgia y Ucrania. El caso de Bosnia es especialmente complejo, ya que la multinacionalidad del estado bosnio hace casi imposible su adhesión. Si la OTAN admitiera a Bosnia, Moscú tendría voz y veto en la alianza puesto que los serbobosnios, sector que controla la seguridad en Bosnia, serían una marioneta del Kremlin en Bruselas. Este hecho es lo que se ha conocido como el eje Moscú-Belgrado-Banja Luka.

Algo similar ocurre en Georgia, un país que, si bien se ha mostrado muy favorable a integrarse en la alianza, en la actualidad está gobernado por un ejecutivo cercano al Kremlin.

Por último, estaría el caso de Ucrania, que por su relevancia y actualidad va a ocupar el último punto de este artículo.

5. Ucrania

Quizás el punto más esperado de la cumbre haya sido la decisión de la OTAN de invitar o no a Ucrania a ser miembro de la OTAN. Aunque el presidente Zelensky ha sido muy crítico con la alianza, hay que decir que la decisión de invitar a Ucrania a ser miembro de la OTAN no es sencilla y, desde luego, está condicionada a la victoria.

A diferencia de lo ocurrido en 2008, La OTAN ha dado claras señales de su voluntad de incorporar a Ucrania, no solo mediante las declaraciones del secretario general, Jens Stoltenberg, sino también con medidas concretas como la eliminación del requisito del Membership Action Plan.

El presidente de Ucrania Volodymyr Zelensky y el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, se dan la mano.
El presidente de Ucrania Volodymyr Zelensky con el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg. OTAN / Flirckr, CC BY-NC-ND

Ucrania va a ser miembro de la OTAN, eso está claro, pero como decía un famoso libro publicado poco antes de la primera ampliación al este (Not wheter but When), la cuestión ahora es cuándo. Probablemente, en cuanto Ucrania logre expulsar a Rusia de su territorio, Kiev tendrá luz verde.

Mientras tanto, Ucrania tendrá una relación privilegiada, no solo por la transferencia de armas o por el entrenamiento de sus tropas, sino por la creación de un Consejo OTAN-Ucrania donde Kiev tendrá voz como cualquier otro miembro, aunque (por el momento) sin voto.

La cumbre de Vilnius pasará a la historia por ser una cumbre de transición, donde se comenzarán a implementar las decisiones adoptadas en Madrid y, sobre todo, por ser la reunión en la que se levantó la barrera de la integración de Ucrania en la OTAN.

Want to write?

Write an article and join a growing community of more than 182,600 academics and researchers from 4,945 institutions.

Register now