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Una lupa sobre unas fichas de Scrabble con diferentes letras.

La selección: En la punta de la lengua

Es muy posible que al lector de estas líneas no le apasione saber, como a mí, que las palabras queso, fromatge y cheese vienen de la misma expresión latina: caseus formatus. La curiosidad científica aplicada al idioma es una fuente inagotable de historias interesantes, que lingüistas, filólogos y escritores dedican sus vidas a desentrañar.

Pero aunque no todos compartimos la misma pasión por encontrar la palabra o la construcción sintáctica perfecta, es innegable que todos necesitamos comunicarnos con éxito y disfrutamos cuando logramos hacernos entender. El uso adecuado del lenguaje no es solo la llave para una comunicación eficaz en el ámbito personal, laboral o social; es la vía indispensable para transmitir lo que estudiamos y averiguamos, por ejemplo, en el ámbito de la divulgación. Nuestra capacidad para usar de manera fácil y sin esfuerzos excesivos el lenguaje nos abre puertas, lo mismo que no tenerla nos las cierra.

El lenguaje no es propiedad de nadie, ni admite con facilidad demasiadas estrecheces normativas, pero al mismo tiempo es imposible compartirlo con millones de personas sin unas pautas claras sobre lo que es correcto y lo que no es. Es una herramienta que evoluciona, se enriquece y se desgasta con el uso, en la que la creatividad y la diversidad de influencias geográficas, culturales o generacionales prenden a veces como una mecha imparable. Por eso nunca está de más conocer las razones y las historias detrás de lo que decimos y escribimos. A menudo no se trata tanto de establecer la “corrección gramatical” como de asomarse a los procesos fascinantes por los que determinada palabra o expresión acaba instalándose en el diccionario mientras que otras no superan su etapa de estar de moda y caen en el olvido. En plan: ¿alguien se acuerda de aquella coletilla ubicua de los noventa, “ya te digo”?

Para los entusiastas del lenguaje y de su uso, pero también para quienes simplemente buscan usar el idioma de la mejor manera posible, hemos creado En la punta de la lengua, una minisección o subsección en la que publicaremos de manera periódica artículos de interés sobre cuestiones ortográficas, etimológicas, de evolución y uso de palabras y neologismos.

¿Por qué existen la z y c si la mayoría de los hablantes de español no las distinguen en su habla? ¿Por qué usamos la palabra crac de una manera tan diferente a como la usan los angloparlantes, siendo como parece un préstamo del inglés? ¿De dónde viene la palabra patata, y qué nos cuenta de nuestra historia? ¿Cuál es la diferencia entre semilleno y medio lleno? ¿Y cómo se usan de manera correcta interactuar e interaccionar?

Los temas son tan inagotables como la propia lengua; los artículos que hemos publicado y publicaremos aspiran a enseñar y estimular la conciencia lingüística del lector. Cuanto mejor hablamos y escribimos, mejor pensamos, y viceversa. Estamos además abiertos a las incógnitas que los lectores quieran plantearnos: aunque no podemos prometer resolverlas, sí prometemos intentarlo con la ayuda de expertos en cada área.

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