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Dos hombres con camisetas negras, gorras y gafas de sol se manifiestan, portando pancartas sobre la huelga de actores en Hollywood, junto a otros compañeros.
Adam Sandler y Ben Stiller en uno de los piquetes de la huelga de actores en Nueva York. lev radin / Shutterstock

Los actores de Hollywood vuelven al trabajo: ¿han mejorado sus condiciones laborales?

La huelga de actores de Hollywood terminó después de 118 días. SAG-AFTRA y la asociación de productores (AMPTP) llegaron a un acuerdo provisional el 9 de noviembre de 2023 con el apoyo unánime de los socios del sindicato de actores. Veinticuatro horas después tenía lugar la ratificación definitiva. Actores y actrices han vuelto a los rodajes y han reanudado la actividad promocional, fundamental para el éxito de cualquier estreno. Los late night estadounidenses, uno de los principales escaparates de promoción, no dan abasto para emplazar tantísimas peticiones de entrevistas. Poco a poco todo vuelve a la normalidad.

Así termina uno de los peores episodios que ha vivido Hollywood en los últimos años, con dos de sus activos –guionistas e intérpretes– más importantes negándose a trabajar. La huella de la huelga tardará en desaparecer. Ha dejado una industria diezmada por cuantiosas pérdidas económicas, una parrilla de programación televisiva sin novedades de ficción e infinidad de estrenos cinematográficos aplazados por no contar con actores y actrices que los promocionasen.

Los logros de los guionistas

Las mejoras logradas por ambos colectivos son evidentes, pero muchos comienzan a plantearse si la industria será capaz de recuperarse de este envite.

El sindicado de guionistas ponía fin a la huelga el 24 de septiembre, tras casi 150 días, con la sensación de que había visto satisfechas sus principales reivindicaciones.

Y esto es una verdad a medias. Consiguieron que los estudios firmasen una garantía contra la redacción o reescritura de material original mediante inteligencia artificial, su uso como “material fuente” para adaptaciones y el entrenamiento de la IA con sus trabajos.

También lograron consensuar un tamaño mínimo y duración mínima de vinculación para las salas de guionistas –que en los últimos años se habían reducido en número de empleados y, también, en duración de temporadas y contratos–.

E incluso consiguieron el ansiado bonus basado en las cifras de audiencia para los contenidos de plataforma. En concreto, se reconocieron royalties para proyectos “vistos por el 20 % o más de los suscriptores nacionales del servicio en los primeros 90 días desde su lanzamiento, o en los primeros 90 días en cualquier año de exhibición posterior”. En el caso de películas y series hechas para streaming, el bonus será del 50 % sobre sus royalties fijos.

¿Dónde está la trampa? En que, en la práctica, pocas producciones logran esos umbrales. La semana pasada trascendió un estudio de la consultora Digitali difundido por Bloomberg en el que se recogían datos que invitan a la reflexión.

En EEUU, más del 70 % de programas de Netflix son vistos por menos del 5 % de usuarios y tan solo un 4 % de contenidos se pueden considerar éxitos. Esto, en la práctica, supone que la mejora económica solo afectará a un colectivo reducido de guionistas y, por extensión, la continuidad de la precaria liquidación económica de las plataformas a sus escritores.

Un acuerdo in extremis

La incorporación de los guionistas a sus trabajos reactivó gran parte de los programas de entretenimiento. Pero la ficción, uno de los grandes motores económicos de Hollywood, seguía parada hasta la semana pasada. Los estudios de Hollywood se han empleado a fondo para conseguir un acuerdo con los actores que pusiese fin a la crítica situación de la industria. Y, en la práctica, han cedido más de lo que cedieron con los guionistas.

En el apartado salarial el acuerdo incluye aumentos generales del 7 % el primer año (mejor de lo que recibió el gremio de guionistas), un 4 % por ciento en 2024 y un 3,5 % en 2025. En cuanto a la inteligencia artificial, otro de los caballos de batalla, el nuevo convenio establece una compensación si parte del rostro o cuerpo de un actor se utiliza para crear un intérprete mediante inteligencia artificial generativa.

También se incluyen protecciones con respecto a la grabación de audiciones, requisitos para los coordinadores de intimidad en escenas de sexo y desnudez, nuevos términos sobre cabello y maquillaje para todos los intérpretes, incluidos los actores de color, y consentimiento informado y compensación justa para la creación de réplicas digitales de un intérprete, vivo o muerto.

El bonus por programas emitidos en plataformas de streaming le corresponderá a los intérpretes de programas que lleguen al 20% de los suscriptores de un servicio en tres meses.

Pero no todo irá directamente a sus bolsillos, tan solo tres cuartas partes del mismo. El 25 % restante irá a un fondo administrado conjuntamente por el sindicato y AMPTP y se distribuirá más ampliamente entre sus asociados.

Sin duda las bases del nuevo convenio supondrán una mejora significativa no sólo de la remuneración de los actores y actrices, sino también una mayor protección de las condiciones de trabajo.

Pero también hay puntos ciegos. El famoso bonus por éxito de programas en streaming se enfrentará a las mismas limitaciones que los guionistas. Además, en el caso de la inteligencia artificial, el lenguaje empleado en el acuerdo podría dejar abierta una puerta trasera para que los estudios puedan experimentar con esta nueva tecnología.

Como apuntaba la actriz Justine Bateman a través de un hilo en X, “la inclusión en el acuerdo de expresiones como ‘intérpretes sintéticos’ u ‘objetos de IA’ que se asemejan a humanos le da a los estudios y plataformas luz verde para utilizar objetos de IA con apariencia humana en lugar de contratar a un actor humano”.

¿Y ahora qué?

The Marvels ha sido la primera película de gran presupuesto en estrenarse con una escueta promoción por parte de los actores tras desconvocarse la huelga. El público le ha dado la espalda. Es, de hecho, la película de Marvel con peor estreno de la historia.

No es de extrañar que muchas compañías ya den por perdido lo que queda de 2023 y se estén concentrando en salvar el año que viene. Ahora la prioridad está en dar salida a aquellos estrenos aplazados por la falta de talento para su promoción, confiando en que las galas de la industria del primer trimestre del año logren darles un empujón.

Será hacia el verano cuando la situación podría complicarse. Entonces el vacío de grandes estrenos se hará evidente y los números de las compañías (para los que la época estival es decisiva) no serán los esperados. Muchos títulos que se consideraban grandes apuestas, como la segunda parte de Misión imposible: Sentencia mortal o el remake de Blancanieves se han pospuesto a 2025.

La huelga ha terminado, pero sus efectos van a acompañar a Hollywood varios meses.

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