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Dos manos escriben en el teclado de un ordenador portátil mientras una mano robótica emerge de la pantalla.
shutterstock. CC7/Shutterstock

¿Puede la inteligencia artificial ayudarnos a escribir de forma creativa?

La inteligencia artificial ofrece una variedad de herramientas para la escritura. Conocerlas en profundidad puede resultar beneficioso y ayudarnos a adquirir competencias y usarlas éticamente.

Actualmente, es posible enseñar a trabajar eficazmente con la IA en la generación de ideas al realizar tareas de escritura, como hemos investigado.

¿Cómo escribe la inteligencia artificial?

El conocido ChatGPT y otros sistemas de IA han sido entrenados para responder preguntas o seguir específicas instrucciones de escritura.

La IA es capaz de escribir en un tono determinado. Puede parafrasear un texto en tono humorístico, familiar, profesional o ingenioso. También puede escribir a partir de un título o redactar en el estilo de Shakespeare. Es el caso de sistemas de IA como Copy.ai, Rytr, Peppertype, Copysmith, Writesonic, Youchat, ASKtoAI, Dupla, Magic Write…

Nivel de creatividad

Hemos analizado diferentes sistemas de IA y su interacción con estudiantes universitarios, aplicando la Prueba de Imaginación Creativa para Adultos (PIC-A) para determinar el nivel de creatividad de unos y otros por separado, y también cuando el alumnado usa la IA. Los indicadores de la creatividad evaluados fueron:

  1. Fluidez: aptitud para producir gran número de ideas y asociaciones ante un estímulo.

  2. Flexibilidad: aptitud para producir respuestas variadas de campos temáticos diversos.

  3. Originalidad narrativa: aptitud para producir ideas poco frecuentes.

¿Qué inteligencia es más creativa: la artificial o la humana?

La IA supera a la inteligencia humana en fluidez y flexibilidad en dos pruebas (juegos 2 y 3) del PIC-A. Esto puede ser debido a que dispone de una gran cantidad de información, superior a la que una persona puede manejar, y tener datos abundantes es esencial en el proceso creativo. Cuanto mayor sea el conocimiento de los detalles de un problema, mayores serán las probabilidades de encontrar una solución.

Sin embargo, ocurre un aspecto destacable en relación al tercer indicador, que mide la originalidad: mientras la IA presenta mayor creatividad que el alumnado en el juego 2, en el que había que realizar un listado de todas las cosas para las que podría servir un tubo de goma, el alumnado presenta mayor creatividad que la IA en el juego 3, en el que había que indicar qué pasaría si las personas nunca dejasen de crecer.

Esto se explica debido al tipo de instrucción solicitada en cada juego: en el juego 2 se exploran los posibles usos de un objeto real, pero el enunciado del juego 3 parte de una situación inverosímil y persigue evaluar la fantasía e imaginación. El ser humano es menos rígido que la IA, que no es capaz de distanciarse del enunciado del juego 3. La IA no encuentra respuestas sorprendentes y alejadas de lo evidente, ni es capaz concebir tales posibilidades en ese contexto. Tropieza al realizar este juego.

Imagen generada con IA (frepik)

¿Mejora la creatividad el uso de ChatGPT?

Tras realizar una primera vez las tareas del PIC-A, los participantes volvieron a hacer los juegos 2 y 3 con ayuda de la IA. En esta segunda vuelta, la creatividad humana mejora con la ayuda de ChatGPT. Concretamente, asciende la puntuación en fluidez y flexibilidad. Esto significa que ha mejorado tanto el número de ideas propuestas por los estudiantes como la variedad de estas ideas. ChatGPT ayuda al alumnado y mejora los resultados: la colaboración humano-IA funciona.

Por otra parte, mientras que la originalidad en la tarea que presentaba un contexto real también mejora, no ocurre así en la tarea con un contexto improbable. ChatGPT no ha sido capaz de imaginar las repercusiones de una situación fantasiosa. La tarea implica penetrar en la experiencia, profundizar en el tema. El uso de ChatGPT no mejora la originalidad del alumnado en esta tarea.

Imagen generada con IA (frepik)

Una ayuda, pero no un sustituto

La IA supone una ayuda en tareas de escritura y creatividad verbal. Destaca el potencial de la colaboración humano–IA en el proceso de escritura.

Sin embargo, la IA no puede reemplazar a la inteligencia y la creatividad humana. ¿Por qué?

  1. La IA es un medio, no un fin.

  2. El ser humano ha participado en la programación, la elección de modelos y el ajuste de la IA.

  3. La creatividad no sucede en una mente aislada, sino en la interacción de la persona con un contexto sociocultural.

  4. Para ser verdaderamente creativas, las máquinas deberán entrar en el mundo.

  5. La IA carece de criterio. El alumnado debe ser capaz de actuar con decisión, criterio y responsabilidad.

Según esto, se requiere de una inteligencia de colaboración humano-máquina. Además, para proteger el proceso de aprendizaje y no reducir las capacidades cognitivas del alumnado, es importante que la IA sea una herramienta en manos del profesorado, pero nunca podría reemplazarlo.

¿Una IA personalizada?

Finalmente, escribir con ayuda de la IA sugiere un replanteamiento de la escritura y la creatividad en educación. Estamos en una era en la que la reproducción de contenidos ya no tiene sentido. El profesorado debe ir más allá y enseñar a su alumnado a hacer lo que la IA no sabe o no puede, cuando se trabaja con ella. La IA debe servir como punto de partida, pero nunca como resultado final. La información proporcionada por la IA deberá ser revisada mediante el desarrollo del pensamiento crítico. Pero también el modo en el que la IA escribe ha de ser personalizado, contextualizado e integrado en el mundo humano, a través del pensamiento creativo.

Los pasos acelerados de la IA van a permitir en un futuro no lejano que poseamos una IA personalizada, capaz de adoptar nuestro estilo personal de escritura, resultado de la interacción humano–máquina. Seguiremos entonces aprovechando la tecnología para nuestros fines educativos.

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