¿Qué pasaría si animales que creíamos de la misma especie tuvieran genomas diferentes según el lugar que habiten? Serían, en realidad, especies distintas y las cuentas de la biodiversidad del planeta se multiplicarían.
El olor del mar no es subjetivo, como tampoco lo es que un perfume huela distinto en cada persona. Los principales responsables son derivados del azufre que las olas dispersan en el aire.
Una de las partes más sensibles a las altas temperaturas es el cerebro, pero el verano también trae muchos beneficios para nuestro órgano pensante de la mano de la serotonina y la vitamina D… y el mar.
Para ocuparnos del mar en el siglo XXI contamos con el desarrollo tecnológico marino unido al uso de los gemelos digitales y la inteligencia artificial.
A la izquierda, un mar de leche se arremolina frente a la costa de Java, Indonesia, en una imagen satelital. A la derecha, una de las fotos tomada por los tripulantes de un barco que avistaron el fenómeno.
Steven Miller, Leon Schommer y Naomi McKinnon, Universidad Nacional de Australia
El microscópico arpón de las medusas se extiende por sus tentáculos. Envuelve células urticantes que emplean para defenderse de atacantes o para cazar a las presas que les sirven de alimento.
Los suaves vientos que se forman por la diferencia de temperatura entre el mar y la tierra moderan el calor y condicionan aspectos de la vida en el litoral, como el turismo, la construcción de aerogeneradores o el aterrizaje y despegue de los aviones.
Las algas cubren la superficie del río Caloosahatchee en el W.P. Franklin Lock and Dam, 12 de julio de 2018, en Alva, Florida.
AP Photo/Lynne Sladky
La marea roja y un brote de algas verdeazuladas están contaminando cientos de kilómetros de la costa de Florida, matando peces y impactando el turismo. ¿Qué impulsa este desastre medioambiental?