Escuchar pódcast puede ser mucho más que entretenimiento o información: se puede aprender a escuchar de otra manera, a conectar ideas, y a ir más allá en nuestros planteamientos profesionales.
La publicidad suele ser molesta e intrusiva. Pero la creación de contenidos de marca supone una forma amable de difundir su mensaje. Los pódcast son uno de los mejores formatos para hacerlo.
El término ‘pódcast’ suma casi veinte años de antigüedad y sigue en crecimiento. Pero cada vez más contenidos sonoros reciben ese nombre a pesar de sus significativas diferencias.
Creado a partir de la suma de dos tecnologías, el audio digital y la sindicación de contenidos, el pódcast apareció hace dos décadas, pero ha sido en el último lustro cuando ha cogido verdadero impulso. Este artículo original de la revista Telos de la Fundación Telefónica repasa su llegada a las aulas.
El pódcast ha llegado para quedarse, pero no para matar a la radio, sino para dotarla de nuevas fórmulas de consumo. Pero ¿en qué se diferencian ambos formatos?
TikTok acaba de firmar un acuerdo con Spotify para que sus usuarios puedan escuchar a los artistas que descubren mientras navegan. Muestra del poder de esta red social a la hora de poner de moda canciones.
La popularidad de ese cruce entre la radio, el audiolibro y lo escrito denominado pódcast está viviendo su edad de oro. ¿Sustituiremos este verano los libros por esta nueva forma de informarse y entretenerse?
Los audios nos rodean, y parece que tras una época de digitalización, vuelven con mayor fuerza: de los pódcast a los altavoces inteligentes, nuestros oídos tienen cada vez más dónde elegir.