Un compuesto natural, la quercetina, parece responsable de las cefaleas que produce beber vino tinto. La mayor calidad del tinto está relacionada con las mayores concentraciones de quercetinas.
A elevadas altitudes, el cuerpo humano se expone a cambios de presión atmosférica y déficit de oxígeno, lo que puede producir mareos, pitidos en los oídos y otros síntomas. Las sistemas de presurización de los aviones minimizan estas molestias.
Los estudios sobre cefaleas relacionadas con covid-19 desvelan que hay un tipo de dolor de cabeza que se relaciona con una mayor mortalidad por esta enfermedad.