Los conocimientos de informática ya no son exclusivos de ese ámbito laboral: casi todos los trabajos del futuro precisarán de la capacidad de analizar y gestionar grandes cantidades de datos.
Los Gobiernos deben incentivar una innovación menos centrada en la automatización y más en tecnologías compatibles con las personas para generar mejores empleos y, así, una prosperidad económica más compartida.
La subida del SMI afecta sobre todo a las microempresas, que suelen tener pocos trabajadores pero también menos ingresos, lo que les dificulta asumir el incremento de los salarios y las cotizaciones.