Muy usado contra el dolor crónico y la ansiedad, este fármaco ha generado alarma en Reino Unido por sus efectos secundarios. ¿Cómo y en qué casos debe tomarse? ¿Hasta qué punto es seguro?
En 1957 fue comercializado un fármaco antináuseas para embarazadas sin advertir que producía graves malformaciones en sus hijos. Recientemente, la talidomida ha salido del ostracismo al demostrar su eficacia para tratar el mieloma múltiple o la lepra.
Ante las persistentes dudas sobre las vacunas, a pesar de sus indudables beneficios, la transparencia es esencial. Esto es especialmente cierto en el caso de las complicaciones más raras. Se han iniciado estudios para identificar los riesgos.
El proceso de creación de nuevos fármacos es complejo, costoso y, sobre todo, extenso. La inteligencia artificial podría ayudar a descubrirlos más rápido y evitar sus efectos secundarios.
La fórmula para hacer una buena gestión de la percepción emocional del riesgo tiene tres ingredientes: comparar lo que se debe comparar, transparencia máxima y una gestión política sensata.
La vacuna de AstraZeneca no está asociada con un aumento en el riesgo general de coágulos sanguíneos. Por ello, retrasar la vacunación (o no retomarla de forma inmediata) por un falso principio de precaución puede ser un error mayúsculo.
Una vez aprobados, los fármacos pueden producir reacciones adversas. Entre otras cosas porque las condiciones reales en las que se va a usar un fármaco son distintas de las condiciones controladas en las que se ha llevado a cabo el ensayo clínico.
Todavía no hay evidencia de que los eventos trombóticos que han provocado la suspensión de la vacuna de AstraZeneca en algunos países hayan sido provocados por ella. ¿Cómo se analiza cada caso?