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la sirenita x v moviefilms.

¿A los espectadores infantiles les importa el color de piel de La Sirenita?

La magia de Disney ha sido durante décadas el espejo en el que las niñas y niños han encontrado reflejo de sueños y aspiraciones. Un fenómeno expandido hacia las versiones de sus películas de animación clásicas con actores reales (live actions) de la última década.

Una de las últimas películas adaptadas ha sido La Sirenita, en la que el personaje principal de Ariel lo encarna Halle Bailey, actriz y cantante afroamericana. La polémica en medios y redes sobre la elección de la actriz sorprendió a su director, Rob Marshall. Pero más allá de polémicas, que un personaje protagonista de Disney sea de piel oscura tiene un impacto en los niños y niñas de grupos étnicos infrarrepresentados en el cine.

Así lo podemos observar en el estudio que hemos publicado sobre la diversidad intercultural y la autoestima infantil en materia de representación mediática, en el que analizamos reacciones en vídeo de menores que visualizan el tráiler de la película por primera vez (y que sus familiares han grabado y publicado en TikTok). Por ejemplo, esta niña responde así a las críticas vertidas en internet hacia la elección de protagonista:

“No noté siquiera el tono de piel. (…) Pero ¿qué importan (las críticas)? No notan las cosas buenas que tiene lo diferente.”


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El impacto de los medios en el desarrollo infantil

Desde la academia se ha explorado la interrogante sobre esta cuestión en torno a la (auto)percepción infantil. Algunos estudios han examinado cómo los medios pueden estigmatizar la identidad de los niños y niñas, afectando a su desarrollo cognitivo y emocional. Otros, apuntan que la representación positiva contribuye a la construcción de una autoimagen y autoestima saludables.

Es decir, cuando los más pequeños se ven reflejados en personajes con los que se sienten identificados, experimentan una conexión emocional que puede tener un impacto duradero en su percepción de sí mismos y de los otros.

En esta línea, la representación estereotipada en reconocidas producciones mediáticas dirigidas a la infancia pueden contribuir a la internalización de prejuicios, así como al fomento de la marginación, el odio y el acoso. En este sentido, la ausencia de modelos que se asemejen en condiciones de género, cultura o etnia repercute en la formación de valores y actitudes identitarias de los niños.

La responsabilidad de Disney

Cuando Disney tomó la decisión de que Halle Bailey interpretara a Ariel en La Sirenita de 2023, parecía estar respondiendo a esa demanda o cambio social sobre la diversidad intercultural en las pantallas. Sin embargo, el primer teaser difundido a través de los medios provocó una campaña espontánea de algunos internautas que reclamaban que “Ariel no podía ser negra”.

Ante el debate, algunas familias comenzaron a compartir en redes sociales, y particularmente en TikTok, cómo su hija o hijo reaccionaba a la nueva Ariel.

Del mismo modo que algunos usuarios compartían las razones por las que Bailey no debía protagonizar a Ariel, los más pequeños reflejaban, a lo largo de un análisis de 50 reacciones grabadas en vídeo, la importancia de la representación mediática.

El patrón se reproduce vídeo a vídeo, convirtiéndose en una tendencia de TikTok. Niñas y niños, efectivamente, aluden a la apariencia física de la sirena. Pero ¿exclusivamente a su piel? No siempre: unos hablan sobre el color de ojos y otros detectan la ausencia de las conchas sobre su pecho. Describen a Ariel como una sirena real “bonita”, “linda” o “hermosa”.

Pero es especialmente al final del teaser donde Bailey aparece en primer plano interpretando la canción Part of your world, cuando comienzan los saltos y risas y las referencias específicas al color de piel.

Las afirmaciones de identidad racial y étnica priman en el asombro, y menores de diferentes etnias parecen reconocer(se) en una protagonista que en su versión más conocida es caucásica.

¿Aceptamos a la sirena negra? El poder de la industria cultural

Pese a no haber liderado el ranking de taquilla de los live action de Disney, La Sirenita de Halle Bailey representa un paso más hacia la representación mediática por parte de una de las compañías más consolidadas de la industria cultural. Los primeros pasos en este sentido se dieron con La Bella y La Bestia, que introducía (muy sutilmente) al colectivo LGTBIQ+, y los escasos segundos de un beso entre dos mujeres en Lightyear.

Fuente: Sensacine.

El poder que ejercen multinacionales como Disney siempre es objeto de vigilancia social porque afecta, ineludiblemente, a la infancia. Pero los estudios sobre representación mediática y diversidad intercultural amplían la perspectiva.

La industria cinematográfica tiene la capacidad de favorecer la construcción de valores identitarios sobre la sociedad, aceptados durante décadas en materia heteronormativa occidental y sumisión romántica. Sin embargo, esta adaptación desafía estereotipos étnicos y culturales históricos, marcando un paso significativo hacia la comprensión del valor que representa para una niña o un niño de piel negra que un icono mediático como Ariel comparta sus mismos rasgos étnico-raciales.

Los menores están creciendo en una sociedad saturada de pantallas, contenidos a la carta e influencers. Brindar espacio a una diversidad de protagonistas en la que puedan verse reflejados no solo enriquece su experiencia mediática, sino que también contribuye a la construcción de una sociedad justa e inclusiva.

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