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Ocho señores mayores en un banco de una plaza de Madrid.

El acceso a los parques, ¿también al alcance de las personas mayores?

Según la Organización Mundial de la Salud, “la salud no es solo la ausencia de enfermedad, sino un estado pleno de bienestar físico y mental”.

Teniendo en cuenta el impacto que el entorno físico tiene en la salud de las personas, conseguir dicho estado de bienestar supone un reto muy ambicioso en cuanto a la correcta planificación de las ciudades.

En las ciudades españolas existe otro reto adicional: hay un alto porcentaje de población con más de 65 años (20 %) y otro grupo no poco significativo de más de 80 años (6 %).

Envejecimiento activo y saludable

En la ciudad europea es oportuno incorporar el concepto de envejecimiento saludable y activo. Esta idea implica mejorar las condiciones de vida de la población urbana a medida que la sociedad evoluciona, adaptando el diseño de edificaciones, espacios públicos y calles a sus necesidades.

El objetivo de esta estrategia es que las personas mayores puedan seguir desarrollando sus actividades en un ambiente sin contaminación, seguro y atractivo en sus barrios de residencia. Se evita así su traslado a otros lugares o centros en los que les sobrevienen diferentes patologías, relacionadas con la soledad principalmente.

Esto nos lanza una reflexión inmediata: ¿están las calles y parques adaptados para personas con capacidades sensoriales reducidas, falta de movimiento autónomo y diferente percepción subjetiva del espacio? ¿Pueden las personas mayores ir a un parque andando, sin largos trayectos, con accesibilidad universal, sin cruces peligrosos y con equipamientos sanitarios apropiados para la tercera edad?

Hemos estudiado estas condiciones en la ciudad de Madrid. Hemos elaborado un análisis desde el punto de vista espacial, aunque los determinantes sociales y económicos, entre otros, también condicionan la esperanza de vida de la población urbana en las ciudades españolas.

El acceso a los parques durante el confinamiento

Las zonas verdes en un barrio ayudan a reducir la contaminación urbana, el ruido de baja frecuencia, permiten establecer espacios microclimáticos adecuados en invierno y en verano y ayudan a reducir el estrés urbano mejorando la salud mental. Para las personas mayores constituyen, además, zonas de actividad y de estancia que reúnen una gran cantidad de beneficios para mantener su salud en buen estado.

Junto con un grupo voluntario de estudiantes de Urbanismo de la Escuela de Arquitectura de la UPM, hemos realizado un estudio sobre la disponibilidad de zonas verdes en la ciudad de Madrid.

El proyecto comenzó durante el confinamiento por la COVID-19, con un análisis centrado en los menores de 14 años. Después lo extendimos a la población mayor de 65, ya que era el grupo más expuesto al impacto negativo de la pandemia en todos los aspectos.

Distribución de la población mayor de 65 años y zonas verdes de más de 3 hectáreas. Author provided

El análisis mostró que los distritos centrales de la ciudad albergan porcentajes más altos de población mayor. Estos distritos son a su vez los que cuentan con menos parques de gran tamaño. Aunque hay notables excepciones, como el parque de El Retiro, la mayoría de los grandes parques se localizan en las zonas periféricas, desarrolladas con mejores estándares de dotación de zonas verdes por habitante que la ciudad histórica.

De las 662 000 personas mayores de 65 años que viven en Madrid, el 78 % (516 000) se encuentra a menos de 500 metros (de 8 a 10 minutos de paseo) de alguna de las 440 zonas verdes y parques de la ciudad con una superficie superior a 30 000 m². La cercanía a espacios verdes es especialmente importante para que este sector de la población se beneficie de ellos, dado que su movilidad en muchos casos es reducida.

¿Dónde viven los mayores madrileños?

Habitualmente, cuando se habla sobre las desigualdades entre barrios, los que aparecen con peores niveles socioeconómicos concentran también las peores condiciones de vivienda, de accesibilidad e incluso de disponibilidad de servicios públicos.

Población de mayores de 65 años sin acceso a un parque grande. Author provided

Cuando miramos la disponibilidad de parques y zonas verdes de cierta entidad en Madrid, se invierte esta asociación. La práctica totalidad de la población mayor en Puente de Vallecas, Moratalaz o Vicálvaro tienen un parque grande cerca de casa.

Sin embargo, un porcentaje importante de la población mayor residente en distritos con altos niveles de renta no cuentan con parques de ciertas dimensiones cerca de casa. Entre todos destaca Chamberí, donde solo el 26 % de sus casi 34 000 personas mayores tienen un parque de más de 3 hectáreas a menos de 500 metros de casa.

Chamartín, Centro, Salamanca o Carabanchel son también áreas con carencias de zonas verdes. En estos distritos, son las plazas con zonas confortables de reposo o espacios verdes de menor tamaño los que han de acoger la actividad física y la estancia al aire libre de sus mayores.

Accesibilidad en las calles madrileñas

Es preciso tener en cuenta que existen factores que condicionan la accesibilidad a estos grandes pulmones verdes de la ciudad más allá de la proximidad espacial.

En una gran mayoría de los casos, la percepción subjetiva de seguridad limita la movilidad de las personas mayores: miedo a las caídas, inseguridad frente a robos u otros delitos e inseguridad por el tráfico y el ruido.

El diseño del espacio público condiciona la autonomía y calidad de vida de las personas mayores, favoreciendo o no que puedan estar sanas, realizar sus actividades cotidianas e interactuar socialmente en comunidad, y no permanezcan aisladas y en soledad en sus casas.

La Guía de Ciudades Amigables con los Mayores de la OMS articula directrices generales de necesaria aplicación en cada barrio residencial. Muchas de ellas son coincidentes con las que propugna el envejecimiento activo, definido como “el proceso de aprovechar al máximo las oportunidades para tener un bienestar físico, psíquico y social durante toda la vida”.

En este contexto, la ciudad de Madrid estableció un plan de acción entre 2017 y 2019 –Madrid, ciudad amigable con las personas mayores– para el se trabajó con personas mayores para identificar los problemas que encuentran en el espacio público, además de otros muchos factores relacionados con la inclusión de este grupo en la sociedad y en procesos participativos.

Algunos de los elementos que se identificaron son:

  • La falta de bancos ergonómicos instalados cada cierta distancia para asegurar un lugar de descanso en distintos recorridos.

  • La ausencia de aseos públicos en los parques o su falta de mantenimiento.

  • La falta de fuentes de agua potable accesibles y de protecciones solares en las zonas estanciales, como parques y plazas, en los meses de más calor.

  • La carencia de accesibilidad universal en aceras y recorridos.

  • La necesidad de mantener los espacios públicos en buen estado.

Estos elementos son determinantes para que las personas mayores disfruten de las zonas verdes y de sus beneficios físicos y mentales.

Necesidades específicas de las personas mayores en cuanto al diseño de los espacios públicos. Pozo Menéndez E. (2019), fin de máster MAYAB.

La COVID-19 ha mostrado la necesidad de trabajar en una planificación urbana sostenible, saludable y, además, intergeneracional e inclusiva con todas las personas. Los mayores sufren de forma más pronunciada las disfuncionalidades de los espacios públicos.

La incorporación de una mirada integral y transversal en todas las escalas centrada en el diseño para las personas mayores es necesaria y acuciante. Su desarrollo abre nuevos campos de trabajo e investigación para las próximas décadas.

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