Un gran jurado ha acusado a Donald Trump de cargos de conspiración y obstrucción relacionados con sus intentos de anular los resultados de las elecciones presidenciales de 2020.
El gobierno de Lula ha actuado con contundencia ante los incidentes en Brasilia y los militares han descartado la vía del golpe militar. Además, el presidente ha recibido el apoyo de los principales líderes políticos internacionales.
En el aniversario del asalto al Capitolio de los Estados Unidos, el autor reflexiona sobre el futuro de las democracias en el orden liberal. Las brechas que hay que suturar son tres: de género, geográfica y generacional. Todo ello en un marco en el que se difumina la diferencia entre la verdad y la mentira.
¿Por qué un libro chino publicado en 1991 despertó un interés mayúsculo en su país tras uno de los hechos más insólitos de la historia democrática de América, el asalto al Capitolio?
Las inquietantes imágenes de la semana pasada, en las que observamos cómo algunos ciudadanos escalaban el Capitolio y ocupaban las oficinas de sus representantes políticos, no eran solo aberraciones de un régimen que es saludable en otros aspectos, sino expresiones de una nación en declive.
Los medios de EE.UU. suelen llamar “violentas” las manifestaciones vinculadas a los afroamericanos y “alteraciones” las de otros grupos. Esas etiquetas han modelado la opinión pública, pero el asesinato de George Floyd y los hechos del Capitolio han hecho que las principales cadenas revisen sus coberturas.
La posibilidad de una destitución inmediata, como proponen los demócratas en la Cámara de Representantes, tendrá consecuencias no solo para la carrera política de Trump, sino para el futuro de ambos partidos.