Conforme con la demanda interpuesta por la ciudad de Nueva York frente a TikTok, Meta, Snapchat y YouTube, las empresas han desarrollado algoritmos para atraer y obtener como resultado jóvenes adictos.
En un momento de decadencia de X (antes Twitter), la red social Threads nace como alternativa. Analizamos el algoritmo, los usuarios y sus limitaciones.
En este artículo de Telos, los autores explican el alcance del metaverso, promovido principalmente por la industria tecnológica, aunque rentabilizado de momento por marcas y emprendedores, con especial énfasis en el público muy joven.
¿Qué seguirá al metaverso? Su evolución abrirá una nueva etapa de innovación en algo que lleva ya unos años con nosotros. La realidad virtual y Second Life podrían considerarse sus antecedentes.
Instagram copió con éxito el modelo de Snapchat para consolidar su liderazgo, pero ahora tiene a parte de su comunidad en contra por ‘tiktokizar’ la experiencia de usuario. Meta ve en el vídeo su evolución natural.
Las redes sociales no pueden ser verdaderas ‘plazas públicas’. Menos aún las que tienen un solo dueño y son privadas, como va a ocurrir ahora con Twitter.
Los metaversos constituyen ya la nueva frontera sobre la que explorar y ensayar las primeras conceptualizaciones de una actividad inmersiva de la humanidad fuera de su medio real y originario
Los riesgos del metaverso se centran en gran medida en la falta de transparencia, honestidad y responsabilidad de las personas detrás de los avatares que lo habitarán. No se trata, pese a las apariencias, de un entorno meramente lúdico o neutral.
Uno de los principales riesgos de los metaversos puede ser la obsesión por llevar vidas utópicas, con un progresivo alejamiento de la realidad y una posible inmersión irreversible para algunos.