La última placa que se colocó en el Monumento Internacional a las Víctimas del Campo está escrita en judeoespañol, en recuerdo de los miles de judíos sefardíes que perecieron en Auschwitz.
El año 1492 se recuerda como el año del “descubrimiento” de América, pero también fue el año de la expulsión de los judíos. Solo recientemente se ha compensado simbólicamente a sus descendientes.