Menu Close

No es lo mismo enseñar música que formar músicos

De la misma manera que no es igual enseñar matemáticas que formar a un matemático, el propósito de enseñar música en la escuela no tiene por cometido formar músicos, como ha señalado la psicóloga y educadora argentina Silvia M. Carabetta.

Enseñar música es un compromiso educativo que requiere ajustarse a la demanda de la sociedad actual. Los docentes de música, preocupados por una educación musical de calidad en la escuela, sabemos por experiencia que siempre que se presenta una nueva Ley de Educación se pone en cuestión la importancia de la música.

Además, la organización de los contenidos del currículo puede suponer una dificultad añadida a la hora de planificar el papel del profesor en el colegio o instituto. Es esencial saber lo que queremos o debemos conseguir para aprovechar el tiempo curricular asignado.

Valor formativo más allá de la música

El tiempo curricular es insuficiente, a juicio de los docentes de música, si tenemos en cuenta el valor formativo de la asignatura no solo desde la perspectiva musical. En los últimos años se ha dado un creciente interés por explorar cómo la educación musical impacta en el bienestar psicológico del alumnado.

Se observa el efecto mediador de la música en la autoestima y, por consiguiente, autoeficacia de los estudiantes; es una buena aliada en la búsqueda de la transformación pacífica de conflictos; potencia el aprendizaje significativo y facilita el trabajo en equipo.

En definitiva, enseñar música favorece la calidad y la pertinencia de la educación y el aprendizaje, conlleva a la formación de estudiantes críticos, flexibles, capaces de asumir responsabilidades.

Papel democratizador de la cultura

La música proporciona además beneficios personales y sociales. Promueve el acceso a la cultura y al conocimiento a lo largo de la vida.

La escuela debe necesariamente ser garante de esa democratización de la cultura y, además de acompañar al estudiantado para un ejercicio efectivo de su desarrollo vital, debe dotar de oportunidades para participar, comprender y construir identidades culturales.

Cobra, por tanto, gran importancia la formación inicial y permanente del profesorado. Esta formación incluye capacitar en el ejercicio docente de la música: para enseñar música hay que saber música. Resulta una obviedad, pero sin embargo conviene remarcarla.

El acceso a las tecnologías de la información y comunicación, el aprovechamiento de los recursos disponibles y un mayor respaldo por parte de la administración educativa y de la comunidad escolar facilitará un mayor nivel de eficacia y eficiencia en la enseñanza de la música en el conjunto del currículo escolar.

La música en el entorno escolar

Como recoge la frase que introduce este texto, el objetivo de la educación musical en la enseñanza general no es la de formar músicos. Esto no es óbice para que el alumnado se interese por la música de forma amateur o como futuro profesional.

En este sentido, conocemos anécdotas de personas que abrazaron su discurrir profesional debido a la impronta, a la huella, sin duda positiva, que le dejó su profesor o profesora al cursar una materia concreta.

Que nuestro alumnado llegue a disfrutar la música, a necesitarla, es un reto importante de la educación musical; y si con ello logramos que su interés por la música trascienda más allá del aula, habremos logrado un objetivo mayor.

La música está presente en nuestra cotidianeidad, y uno de los retos de la educación musical debe implicar el acompañamiento para ayudar a gestionar esa vida musical, para poder escuchar críticamente, comprender y disfrutar, y en el mejor de los casos participar activamente en el universo de lo sonoro.

Shutterstock / Monkey Business Images

Colaboración con centros especializados

Hoy en día, las escuelas de música, los conservatorios, las academias de música ayudan a mantener una vida musical rica y variada en la sociedad. Esto nos lleva a considerar la necesidad de visualizar líneas de colaboración entre la música que se imparte en los centros educativos y la música que se imparte en los centros de música especializados.

Contar con más espacios para educar que las propias aulas es sin duda una necesidad evidente que permitirá agrandar, sino con horas, sí con recursos educativos, el escaso margen curricular del que se dispone.

La relación entre las diferentes formas de enseñar y aprender música ha estado entre las preocupaciones de los educadores musicales en las últimas décadas. La elaboración de proyectos conjuntos entre profesorado de música de las etapas de primaria y secundaria y el profesorado de enseñanza especializada puede ayudar en gran medida. Proyectos reales, bien pensados y definidos, que motiven y contribuyan a un mayor disfrute y comprensión.

Apostar por la música, tarea de todos

Debemos garantizar el acceso a la educación musical en nuestras sociedades. Pero, al tiempo, debemos velar porque la educación musical que se ofrezca sea de calidad. Ello implica no solo el tiempo y los recursos necesarios, sino también unos principios educativos que permitan aprovechar al máximo todos los beneficios de la práctica musical activa. Y en ello, la escuela tiene una gran responsabilidad.

Es importante entender que la defensa del papel de las artes y, concretamente, de la música en la escuela no es únicamente una labor de los docentes de música. Apostar por una sociedad que valore y defienda la música en la formación de las personas y, por ende, de su presencia en la escuela, es tarea de todos.

Want to write?

Write an article and join a growing community of more than 181,000 academics and researchers from 4,921 institutions.

Register now