La crisis de la covid-19 demanda a las empresas y las instituciones liderazgos consistentes, con un propósito claro y compartido, una estrategia coherente y una visión a largo plazo.
Vivimos en una sociedad digitalizada y, aunque no somos conscientes de ello, la seguridad de nuestras relaciones sociales y económicas se encuentra amenazada por la ciberdelincuencia.
El hecho de que, tras Expo Dubái 2020, algunos pabellones vayan a convertirse en un ‘hub’ de empresas globales dedicadas a la investigación apunta a que el objetivo real del la Expo es mostrar que Dubái es una nación con un proyecto de futuro.
En 2021 las cadenas de suministro globales han estado sometidas a una enorme tensión que no parece que vaya a bajar en el corto plazo. En medio de este caos, las grandes vencedoras están siendo las empresas de transporte marítimo.
El derrumbe en 2013 del edificio Rana Plaza (Daca, Bangladés), que albergaba múltiples fábricas textiles, terminó facilitando un acuerdo (que sigue avanzando) sobre las condiciones laborales a nivel transnacional.
Dos décadas después de los atentados del 11-S el mundo ha cambiado, y EE UU lo ha hecho de manera notable. Ahora mira mucho más hacia dentro que entonces y muchos de sus aliados pueden ver en esto una actitud internacional insolidaria.
En la última reunión del G20 se anunció una tributación mínima global. Es una buena noticia: la fiscalidad internacional será más justa a medida que lo sea el reparto de la riqueza.
Bajo la coordinación del G20 y la OCDE, 132 países se han comprometido a abordar los retos fiscales que plantea la economía digital a nivel global. Desarrollar este acuerdo traerá enormes cambios en la recaudación tributaria de los países.
Nos encontramos ante un mundo multipolar donde las disputas en ciencia, tecnología, inteligencia artificial, robótica, salud, energía y medio ambiente serán claves para definir las nuevas hojas de ruta.
En el siglo XXI, factores como la flexibilidad, la autonomía, la posibilidad de conciliar, tener un trabajo interesante o contar con un buen líder son factores que sirven para atraer talento a las organizaciones.
El transporte marítimo busca mayor sostenibilidad en términos de emisiones de carbono y contaminación de los mares y, tras la covíd-19, enfrenta una posible relocalización industrial que reconfiguraría su estructura a nivel mundial.
Según la ONU, a finales de este siglo la población mundial será de unos 11 000 millones de personas. A este reto hay que sumar la proliferación de megaciudades, el envejecimiento y los movimientos migratorios.
En 2020, y a causa de la pandemia, la inestabilidad, el miedo, la pérdida de confianza y la incertidumbre trajeron la parálisis económica a nivel mundial. El reto está en recuperar lo perdido.
El canal de Suez (1869) se construyó para permitir la comunicación marítima directa entre el Mediterráneo y los mercados asiáticos, donde las grandes potencias europeas tenían importantes inversiones.
La actual crisis provocada por la covid-19 debe ser una oportunidad para avanzar hacia un nuevo orden mundial más complejo, rico y justo. Lo que sigue es una hoja de ruta para identificar algunos de los aprendizajes de la crisis.
Director del Master in Talent Management de Advantere School of Management / Profesor asociado de la Facultad de Ciencias Economicas y Empresariales, Universidad Pontificia Comillas
Dpto. Estructura Económica y Economía del Desarrollo. Coordinadora del Grupo de Estudio de las Transformaciones de la Economía Mundial (GETEM), Universidad Autónoma de Madrid